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Parte 3. La tranquilidad de mi casa
Fecha: 02/12/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Venemalena, Fuente: TodoRelatos
Confío en ti, dijo tras cuestionar mi lealtad. Supongo que mi cara lo decía todo, ya que no tenía ni una palabra que decir tras dejarme en el nivel más bajo de mis principios. Me había tildado de aprovecharme cuando había estado arreglando toda la casa después de un fin de semana y haber celebrado una fiesta. Con casi 40 de fiebre me quedé dormida en el sofá y cuando llegó me soltó todo ese discurso! Y si no me había cuestionado lo había puesto en duda. Cogí mis cosas y me disponía a irme de aquella casa. Reconozco que respiré muy hondo para no dejar que cayeran las lágrimas. Malena, no! Discúlpame. Llevo unos días muy difíciles. Me detuve, sus palabras parecían sinceras. Vete a casa y mañana será otro día. Y eso hice, necesitaba reconectar conmigo y sanarme. Creo que estuve todo el día durmiendo y eso me fue de maravilla para poder estar al 100% y tener ganas de estar nuevamente a disposición de mi jefe. Llegué a casa de Octavio y como siempre me puse a ordenar, para luego poder limpiar en condiciones. Octavio lo quería de una manera y yo me ceñía a ello. Al llegar a su habitación, sentí un olor un poco más fuerte de lo normal. Abrí las cortinas y allí estaba mi jefe todavía dormido. Lo primero que pensé fue en irme rápidamente y tras observar que no había ninguna acompañante a su lado. Mi mirada fue detallando cada pliegue de la sábana. Estás eran perfectamente blancas, las había lavado unas cuantas veces. Mi mirada se fijó en ese bulto que hacía la tienda ...
... de campaña que habitaba en su parte media del cuerpo. Estaba en erección y ya sabéis que las curiosidad mató al gato. Octavio se movió ligeramente y disimulé con las cortinas. Malena, no puedo con mi vida. Sus palabras me alarmaron. Que le pasa señor? 😯 Me acerqué al borde de la cama. Pues supongo que tus virus de ayer me los he quedado yo. Pensé que se lo tenía bien merecido por pensar mal de mí. Pero mi instinto enseguida me llevó a la total entrega al cuidado de ese hombre, que hasta su voz era llamativa. Le voy a preparar algo para que se tome y vaya a mejor. Espéreme. Tras echar un último vistazo a las sábanas endemoniadas por la polla de Octavio fui a por un antitérmico y agua. Tras tomárselo me comentó: Ya sé que en contrato no había nada de este servicio. Pero hoy voy a necesitar un poco más de ti. Te lo pagaré. Claro señor no se preocupe. Tras tomarse la medicación esperé ordenando la ropa y las cosas que había dejado allí durante la noche. Deja deja Malena, no te agotes. Quiere que llame a una ambulancia? Su polla no paraba de marcarse bajo las sábanas y yo intentaba evitar al máximo estar en contacto visual con ella. Ayer estuve durmiendo todo el día. Es lo que usted necesita. Y un buen meneo en esa polla también. Eso último solamente lo pensé. Pero madre mía como me estaba poniendo el jefe. Aaaaaaaiiiiii, dijo agitado. Voy a salir para dejarle intimidad. Dije muy educadamente. Nooooo noooo, dijo con esfuerzo. Levantó su mano y me ...