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Parte 3. La tranquilidad de mi casa
Fecha: 02/12/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Venemalena, Fuente: TodoRelatos
... acerqué. Gracias Malena. Tranquilo señor. Quiere que le traiga algo de comer. Lo que me apetece ya está aquí pero no quiero ser muy exigente. Jjajaja, mi sonrisa fue liguera y pícara. Mi jefe me estaba pidiendo que actuara? De verás me encuentro fatal, pero mírame. Yo si quiere puedo echarle una mano. Nunca mejor dicho. Quizá, me ayude no crees? Y tras esas palabras la relación con mi jefe cambió radicalmente. Desde mi respeto y cordialidad a mi total entrega y servicialidad a ese hombre. Mi vida solamente giraba en torno a sus necesidades. Hay que decir que me pagaba bastante bien por ello y además tenía todas mis necesidades básicas y sexuales cubiertas. Mis manos se colaron por debajo de las sábanas y agarré su polla meneándosela. Si cuerpo estaba especialmente sensible así que fui con más delicadeza de lo que normalmente trato una polla. No estaba tan dura como parecía, la sábana ayudaba a mantenerla así. Pero estaba grande, ancha y sin depilar. Necesitaba descubrir esa polla ante mis ojos, pero iba a ser la mejor y más morbosa asistenta que pudiera tener. Así que pajee su polla lentamente mientras le miraba pícaramente. Y me colé debajo de las sábanas. Veía perfectamente su polla entre mis manos y sin soltarla acerqué mi boca a la punta. La absorbí y sus gemidos eran exagerados. Supongo que su estado lo justificaba. Entonces empecé a mamar y automáticamente sus manos a tocarme. Mientras chupaba esa polla cada vez más dura sus manos abarcaban más ...
... terreno de mi cuerpo, sobretodo de mi culo. Sus manos ahora destaparon mi cuerpo por completo y me acomodé mi cuerpo a la situación. Mis rodillas encima de la cama y mis codos a los lados de su cuerpo. Mi boca tragaba su polla y no dejaba ni un momento de salivar. Que maravilla por dios. Era momento de entrar más en acción, me incorporé y baje mis mallas hasta las rodillas. Luego mes senté con prisa en la cama para acabar de quitar el pantalón quedándome completamente desnuda por la parte de abajo. Rodeé con mis piernas sus caderas y cabalgue su polla, fue un polvo más satisfactorio de lo que podéis imaginar. Tras unos cuantos movimientos clave para hacer llegar a la cúspide me pidió reducir el ritmo. Estaba agotado y creo que no quería acabar en ridículo tras mi recital de movimientos. Sus sudores parecía que estaban ayudando a la sanación. Así que decidí sacar mi antídoto con la boca. Tras sacar después de un buen rato su polla de mi interior, acabé llenándome la boca de semen y tuve que echar a lavar las sábanas de todo lo que había acumulado en sus huevos. Durmió todo lo que quedaba de mañana y mi alegría por la casa era desmedida. Ese fue mi primera experiencia con mi jefe. A partir de allí vinieron muchas más, algunas ya las conocéis, queréis que siga verdad? Y desde día la relación que habían creado iba mucho más allá. Y si me estaba equivocando con el padre de Octavio? Y si mi deseo sexual era tan grande que no podía sostenerlo un solo hombre? Pero mi deseo por ...