1. Voy al fisio y me folla como terapia


    Fecha: 06/12/2024, Categorías: Hetero Autor: kittysumise79, Fuente: TodoRelatos

    ... —susurró encontrando una parte rugosa en mi interior que me hizo gemir—. Aquí tenemos a tu punto G, el ejercicio de hoy es simple, voy a estimularlo, y tú lo apretarás cada vez que te mueras de placer. Apriétame e intenta que no los saque. ¿Lo comprendes?
    
    —S-sí —jadeé pasándome la lengua por la boca.
    
    —Adelante… Lo estás haciendo muy bien —me felicitó.
    
    Separé los labios porque no me entraba suficiente aire. Joan me estaba masturbando, pidiéndome que lo apretara y yo era incapaz de hacerlo con mucha fuerza porque me estaba derritiendo de placer.
    
    —Más fuerte Natalia, necesito que me constriñas con más fuerza.
    
    —No puedo, eres demasiado bueno.
    
    Él sonrió.
    
    —Gracias, pero tienes que hacerlo —insistió sin dejar de tocarme.
    
    —Ah, ah… —gemí, a la par que él me fundía los plomos con los dedos.
    
    —Voy a meterte uno más, tienes el coño muy dilatado —Al oírlo hablar, todavía me puse más cachonda. Noté como entraba el tercero y cómo la mano de la tripa descendía—. Necesito más intensidad —anunció. Con los dedos libres se puso a tocarme el clítoris y yo era incapaz de dejar de temblar.
    
    —Ay Dios…
    
    —¿Estás muy cachonda Nati? —asentí—. ¿Del uno al diez?
    
    —Diez, diez —repetí deshaciéndome en sus caricias.
    
    —Aprieta mis dedos.
    
    —Lo intento.
    
    —No lo haces bien, tienes que envolverlos como si fueran mi polla y me quisieras ordeñar. —¿Eso lo decían los fisios?—. ¿Te gustaría ordeñarme y que me comiera tus tetas, Natalia? —Notaba los labios secos ante sus ...
    ... palabras—. Contesta.
    
    —Sí.
    
    —Bien, porque desde que te las he visto que tengo ganas de mamar…
    
    No podía estar pasándome esto.
    
    En un visto y no visto vi como Joan retiraba los dedos de mi interior, se bajaba los pantalones del chándal y los calzoncillos para mostrar una polla gorda, cabezona y llena de venas.
    
    —Verás cómo esta te ayuda a apretar con más fuerza, es mi arma secreta.
    
    Me la metió sin contemplaciones, llevándose mis piernas sobre los hombros para profundizar.
    
    —¡Ahhh!
    
    ­—Joder Natalia, que buena estás —masculló hundiéndose en mí. Me agarré a los laterales de la camilla y él siguió embistiendo. Bajó la cabeza y se llevó uno de mis pezones a los labios. Succionó a lo bestia y mi útero se contrajo—. Eso es, Nati, aprieta, más, mucho más.
    
    A cada succión, seguida de una penetración, yo lo constreñía, Me estaba muriendo de placer, mi coño goteaba, mi boca era incapaz de contener los jadeos que Joan me provocaba.
    
    —Más, más —exigía él amasándome las tetas mientras las llenaba de lametazos, mordiscos y chupadas extremas.
    
    —Ah, ah…
    
    —Tu marido no sabe lo que se pierde, pero yo te voy a dar la terapia que necesitas…
    
    Quitó mis piernas de sus hombros me las puso alrededor de su cintura y pe pidió que me abrazara a él, que confiara.
    
    Lo hice, me alzó a pulso y me llevó contra la pared para follarme en ella.
    
    Yo no podía dejar de jadear y gritar. Su lengua entró en mi boca y me puse a chuparlo descontrolada. Él me seguía follando y yo estaba en el ...