Me volví la perra de papá
Fecha: 06/12/2024,
Categorías:
No Consentido
Autor: Charapola, Fuente: CuentoRelatos
... de mi boca.
Después el otro policía me puso las esposas detrás de la espalda, me sentó, me abrió las piernas, y me las puso sobre los asientos delanteros. Me empezó a meter los dedos en la vagina y le dijo a los otros dos oficiales que me chuparan los pies. Cada uno se puso sobre un asiento y me empezaron a chupar las patas. El policía se estaba masturbando mientras me metía los dedos y veía a sus compañeros cómo me chupaban y lamían los pies. Después de unos minutos me agarró de la cintura y me jaló hacia la puerta. Me sentó sobre la ventana de manera que mi cuerpo quedó dentro de la patrulla pero mi culo se asomaba por la ventana. La posición era ideal porque mi culo y mi vagina estaban abiertos y se asomaban por la ventana, y los otros dos policías se acercaron y me empezaron a coger. Uno por uno se turnaban para metérmela, ya fuera en la vagina o en el culo, y se vinieron dentro de mí unas dos o tres veces cada uno.
De pronto, uno de los policías sacó su arma y me la empezó a meter por el culo. Estaba demasiado fría y muy dura. Nunca había sentido algo igual y me dolía mucho. ...
... Empecé a gritar y decirle que parara, pero mis manos estaban esposadas y no podía hacer nada para quitarme. Sentí mucho dolor los primeros minutos, pero después deje de sentirlo. Al final el jefe de los oficiales les dijo que me cogieran y se vinieran una ultima vez antes de irse. Me sacaron de la patrulla, me jalaron hasta el frente del auto, me recargaron sobre el cofre y quedé completamente empinada. Me abrieron las piernas y otra vez me follaron uno por uno.
Cuando todos terminaron y se vinieron por última vez dentro de mí, me jalaron de la correa, me tiraron al suelo esposada enfrente de mi papá, y le dijeron: “vamos a estar dando rondas por aquí más seguido para seguir entrenando a su perra, a ver si después podemos meterla como nuestra unidad canina”. Mi padre les dio las gracias. Yo me levanté del piso y me volví a poner en 4, me temblaban mucho las piernas, no se sí fue por el cansancio o todos los orgasmos que tuve. Mi padre agarró mi correa, me vio a los ojos, me agarró la cara, me dijo que abriera la boca y cuando la abrí me escupió, y me dijo: “Paola, hija, qué buena perra”.