Mateo y su hija prostituta.
Fecha: 10/12/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: koldo1980, Fuente: RelatosEróticos
... directamente. La expresión del hombre evolucionó del enfado a la lascivia, tras barrer con su mirada el bonito cuerpo de aquella que, cruzada ahora de brazos, no se arriesgó a volver a contestarle.
-¿Necesitas dinero?
Abordó Mateo la cuestión, fríamente y sin andarse por las ramas. No de un modo paternalista si no como el pragmático hombre de negocios que era.
-¿Ahora vas de padre protector o acaso quieres que te la chupe?
La muchacha coronó su pregunta con una mirada traviesa a la entrepierna de su padre. El lado más perverso de Mateo agradeció escuchar dicha impertinencia, pues esa actitud desvergonzada por parte de Valeria le facilitaría el poder castigarla de un modo inapropiado tratándose de quien era.
-Bueno, en ningún momento he dicho que te lo daría sin recibir nada a cambio.
Le hizo saber tras encararse hacia ella, apoyada una muñeca en el volante y riendo cruelmente para sus adentros. Del mismo modo que ella hiciera con su paquete, el hombre lamió con sus ojos el tentador canalillo formado por los pechos de su hija. La imagen de su polla siendo atendida por aquel par de tetas atravesó fugazmente su mente.
-Bah… Que te den, papá.
Valeria hizo ademán de abandonar el vehículo, impidiéndoselo un brutal agarre a su antebrazo por parte del hombre. De aquellos que dejan marca a tenor de los quejidos de dolor que con éste le provocara.
-Sal del coche y te juro que llamo a tu madre para informarla del nuevo trabajo de su querida hija. ¿Quieres ...
... que ella y tu hermana sepan que ahora te dedicas a vender tan barato tu coño?
Aquella amenaza ensombreció la expresión soberbia de Valeria, cuyos ojos destilaron rabia y odio cuando su padre la liberó del agarre con la misma violencia que había empleado para sujetarla.
-Mamá tiene razón, eres una mala bestia. Un puto depravado. Un...
Mateo cruzó la cara de su hija con una sonora bofetada. Ésta se derrumbó, haciéndose añicos su fachada de chica dura para revelar a una sollozante adolescente con más miedo que arrogancia. Se tocó el rostro pensando incluso que aquel golpe la habría hecho sangrar. No fue así, pero empezaba a tener muy claro que no debía retar a su padre.
-Ahora dime, si no quieres mi dinero… ¿Cómo piensas recompensarme por haberte salvado el culo?
Le preguntó Mateo con una media sonrisa lasciva. Sus intenciones eran ya abiertamente perversas, aunque no pensaba forzarla a nada si ésta se mostraba poco dispuesta a agradecérselo como cabía esperar. A pesar de que la diversión, al menos para él, radicaba en la propia coacción. En ver a un corderito indefenso temblar y debatirse moralmente ante él; un lobo que, ironías de la vida, también era su salvador.
-No voy a rescatarte por segunda vez de mí mismo, Valeria. Ni creo que nadie más lo haga.
La soledad que se respiraba en aquel recodo, con las luces de la ciudad allá en la distancia, fortalecía la certeza de su última frase.
Valeria se sintió indefensa, acorralada, ni siquiera podía salir del ...