Una Buena Ocasión 4 - Relatos Eróticos

Una Buena Ocasión 4

... tía, creo que he creído ver lo que no era. Se acabo el juego, no te preocupes por mis hormonas.- le dije cogiendo su bandeja y dejándola en el lavavajillas.

-¿Pero porque no lo buscas fuera? Somos tus hermanas, joder. - me preguntó algo apenada.

-Mírate al espejo, yo me resisto lo que puedo, pero es que…- y creí ver media mueca de sonrisa en su cara, pero se fue de todas formas.

Ahora si pude apreciar su culo subiendo las escaleras, igual que el de Berta, pero más grande. Las braguitas medio tanga le daban un toque de perfección que hicieron despertar a mi rabo. Lo había tenido desnudo en las narices, pero no me había fijado con el calentón, y mi polla ya no paro, al saber que estaba a solas con Berta otra vez.

-Tráeme un yogur Tato.- me pidió esperándome con su mirada ya brillante.

-Te llevo dos, uno fresco y otro caliente.- le dije mirándola con deseo.

Berta era otra diosa, y esta noche pagaría el calentón de ver el culo de Lucia, como nunca lo había visto. Aprendiendo a pollazos, a follar a mi gusto.

-Si, si, el caliente en varias tomas.- me dijo, fijándose en mi medio empalme al acercarse, y sentándose más cerca de mi sitio a esperarme.

Lucia en su habitación se miraba el culo en el espejo sabiendo lo bien que le quedaba el fino pijama en combinación con las braguitas, y se lo amaso sonriendo. Sabiendo que me lo había enseñado muy bien, y lo más sexy que supo al subir las escaleras. Ella también quería, pero de otra manera, ella pensaba que el ...

... salido de su hermanito, igual sabría darle. Abrió la puerta y bajo con su portátil con nosotros al salón.

Berta protesto con un pequeño gruñido al verla bajar, y se separó de mi hombro, comiéndose su yogur con mi olor a líquidos preseminales, que la estaban poniendo cachonda. Yo solo le acariciaba el cuello y el pelo, pero sonreí al ver que bajaba la hermana mayor.

Paso delante nuestro y me enseño su perfil más maduro y con más cantidad de todo, sentándose al extremo del sofá y abriendo su portátil.

-Acabáis este capítulo, y pongo yo una peli.- nos dijo.

-Claro jefa, ¿Qué peli es? -le pregunte notando sus pezones empujar el sujetador. La hermanita mayor jugaba a algo, y yo jugaría encantado.

-Una de aventuras, te gustará. - me dijo mirando la pantalla.

El rato que tardo en acabar el capítulo, la pobre Berta se tuvo que conformar con apoyar su cabeza en mi hombro, y recibir mis caricias en su cuello y su hombro. Pero yo miraba a Lucia, y tenía un brillo en los ojos con una sonrisa disimulada, que se le acentuaba al notar que la miraba.

Puso la peli, y la joven Berta no aguanto ni la mitad, cayó encima de mis piernas y se durmió. Note como Lucia abría los ojos, sin dejar de mirar la película, y espere un rato más. Además la película estaba bien, y me acomode más, estirando el pijama de Berta y poniéndole bien el pelo.

Y después de esperar y mirarnos fugazmente, la aparte y fui a por una cerveza preguntándole si quería algo, pero me enseño su botella de ...