Una Buena Ocasión 4 - Relatos Eróticos

Una Buena Ocasión 4

... agua.

Al volver, solo quedaban dos sitios, junto a Lucia o al otro extremo del sofá, y me decidí por el lejano. Ya movería ficha ella.

-¿Te gusta dominar? ¿sabes lo que es?.- me soltó hablando flojo.

La miré sorprendido, y le sonreí diciéndole:

-Si, a las dos preguntas ¿y a ti? - le pregunté.

-No creo que sepas de que hablo, tu dominas, pero hablo de otro tipo de dominación.- me dijo burlona.

- ¿Quieres que la despierte y la tenga de rodillas chupándomela hasta que me canse?. - le dije viendo una sonrisa de aprobación, y me contestó.

-Vaya, veo que si sabes de que hablo.

-Le puedo hacer que lleve collar y vestirla con lo que me apetezca, meterle algo por un agujero y dejárselo. Si se, Lucia, pero con ella no me pondría hacerle esas cosas, y bueno con pocas mujeres que conozco actualmente. Salvo una, que sí que disfrutare haciéndolo. - le expliqué, viendo cómo se mordía los labios escuchándome.

-Que detalle, pero igual a ella le encanta, y como dices, no le importaría.- me insistió.

Entonces vi su juego.

-¿Este es otro juego nuevo? Porque te debo unos cuantos azotes, y las tías bipolares las acabo dejando atadas a la cama después de pegarles una buena folláda por los tres agujeros. - le pregunté, viendo como abría los ojos y notando como se calentaba.

-No sé, he pensado en lo que dijo Berta, pero me das algo de miedo, no eres el Damián de siempre ¿Dónde has aprendido tanto? ¿y con quien follas tanto, para aguantar lo que aguantas?. - me ...

... interrogó, cerrando el portátil y poniéndose cómoda, como una psicóloga o periodista.

-Ya llevo dos preguntas sin respuesta, pero es una larga historia. No te responderé más, hasta que no me digas lo que te pone a ti. Y primero quiero saber si estamos jugando. -le dije, acomodando mi polla que volvía a despertar, mirándola con deseo.

Lucia sabía que no tenía escapatoria, y ahora sentía vergüenza de confesar lo que le ponía, y más de confesar que había empezado otro juego. Y rio como una chica mucho más jovencita, volviendo a mirar la pantalla.

-¿Ves cómo eres una calienta pollas? Y si encima eres algo bipolar, mejor que veamos la película, anda…- le dije despectivamente.

Ella reía tontamente, y seguimos viendo la película, con mi rabo y su coñito protestando. Se sentía tonta y había hecho la tonta. Pero siguió con su portátil, pero sin atreverse a mirarme. Yo la ignore, creo que esta chica tenía algún problema de personalidad, o algo de eso, y si quería algo, que se arrodillara, pensaba mirando la película.

-Me gusta eso, lo segundo que has explicado.- me soltó ya después de un buen rato.

-Pues búscalo, a mí no me pone hacértelo, lo siento.- le solté algo arrepentido, con mi polla protestando.

Lucia abrió un poco la boca sorprendida de mi respuesta, ya que esperaba alguna orden o algo así, pero al escucharme no supo que hacer. Cerro su portátil, y se levantó para irse.

- ¿Ahora quién es el calienta coños?. - me dijo sin mirarme al pasar delante de la tele, ...