1. La suegra acaba entregando su culito al yerno


    Fecha: 12/12/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Juan, Fuente: TodoRelatos

    ... llevándose a su nariz el dedo que me había metido en mi coñito—. Estoy deseando que llegue la noche.
    
    —Cuida a tu mujer o por mi parte, te la menearás solo.
    
    Cuando salí a despedirla, con mi nietecita en brazos, mi conciencia se alteró. Que falsa me sentía, yo la había animado a que se marchara el fin de semana a ver a su padre, mi ex, para quedarme a solas con su marido.
    
    —Cuida de tu padre. Y no discutáis, ya le conoces.
    
    —Estoy casi arrepentida de haberle dicho que sí a papá. Me habría gustado repetir la noche con mi marido.
    
    —Yo lo cuidaré hasta que regreses, pásalo bien.
    
    No sabía ella cuanto lo iba a cuidar. Y sin saberlo, iba a poner el listón de sus deseos sexuales muy alto.
    
    Al quedarme sola, decidí seguir con mi plan. Con cuidado, pero sin problemas después de la práctica de ayer, situé el plug en mi ano. Estaba decidida a llevarlo hasta la hora de comer y dejar mi culito descansar hasta la noche.
    
    Pasé el día organizando armarios, quería renovar mi vestuario, no solo el de ropa interior sino el de exterior. Con mi yerno tenía cama pero ninguna vida social. Con Carmina se me abría la oportunidad de volver a salir, ir a cenar o al cine. ¡Vivir! Sin dejar de compartir hombre con mi hija.
    
    Acudí a la tienda de Carmina y mientras la esperaba, me entretuve viendo las preciosas combinaciones que tenía en la tienda, hasta que ella dejó la responsabilidad a la chica que le ayudaba, y nos fuimos a comer.
    
    —Esta hora es muy tranquila —me ...
    ... dijo.
    
    Fuimos a una cafetería cercana donde por la familiaridad que mostraron, la conocían. Hablamos de cosas intrascendentes hasta que consideró que era el momento de hablar de nuestra conversación-sesión telefónica de anoche.
    
    —Me habría gustado que hubieras venido a casa —dijo.
    
    —No podía ser, tenía que cuidar a mi nieta.
    
    —¿Te gustó lo que sucedió?
    
    —Me sentí muy bien. ¡Estoy descubriendo tantas cosas...!
    
    —Esta semana podemos salir a cenar un día y luego podrías quedarte en mi casa.
    
    Me pareció tremendamente sincera. La quería como amiga.
    
    —Me encantará.
    
    Nos cruzamos las manos en señal de pacto. En la vida puedes pasar años con una persona sin conocerla y a veces en dos días te parece conocer a alguien intensamente.
    
    —Ahora me preocupa la noche con mi yerno —sonreí—. Llevo el plug en mi culete.
    
    —Buena chica. Verás cómo lo pasas muy bien.
    
    Qué diferente resultaba de las relaciones convencionales, en las que el hombre se alteraba cuando veía simplemente que otro hombre era amable contigo. Me encantaba esa sensación de complicidad y a la vez, de respetar el espacio de la otra persona.
    
    Cuando regresamos a la tienda, al despedirnos, me sorprendió.
    
    —Ven a probarte esto —dijo en voz alta sin saber a qué se refería.
    
    Me dirigí a un probador y cerró tras entrar. Me sujetó la cabeza firmemente y me comió los labios con verdadera pasión. Aunque me cogió por sorpresa, reaccioné inmediatamente dejando mi boca a su disposición y acercando mi mano a su coñito que ...
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