Segunda sesión real con la sumisa vaquita
Fecha: 16/12/2024,
Categorías:
Dominación / BDSM,
Autor: DominusBleatus, Fuente: TodoRelatos
Continuo la historia que empecé sobre la esclava-vaca que conocí a través de esta página, gracias a los comentarios a uno de los relatos.
No pasó mucho tiempo hasta que pudimos concretar una forma de vernos. Al principio, muy renuente. Podía entenderlo. Miedo. Malas experiencias. Encontrarse en persona era un gran paso para ella pero su necesidad era tanta que, abandonando toda prudencia, me dijo un lugar, uno de su confianza, un sitio donde ella se encontraría tranquila porque lo conocía y sabía que no la molestarían ni se encontraría expuesta.
Fueron muchas conversaciones. Algunas hasta tarde, conociéndonos. Lo que le gusta la lectura, lo que le gusta escribir, lo que ama algunas sagas o sus muchos viajes. La confianza se da y ofrece, se gana, y aunque hubo muchas más sesiones online, algunos días hasta dos, con brutales y larguísimos orgasmos que la dejaban agotada, sabía que no tendrían punto de comparación con cuando nos encontráramos en persona.
Así que, acordado el lugar, nos dispusimos a encontrarnos. No lo hicimos hasta que se sintió segura pero, de alguna manera, según sus palabras, le inspiré confianza, esa que se da cuando alguien respeta los límites y los tiempos.
El lugar estaba alejado, era una casa en el campo, sobre una loma rodeada de encinas. En su momento fue parte de un cigarral mayor hasta que los herederos de la propiedad la vendieron por partes. Esa casa tenía un pequeño establo para dos caballos, la casona, que tendría seis ...
... habitaciones, un gran salón, cocina, dos baños grandes y un aseo, patio y una piscina no muy grande.
Llegamos cada uno por nuestro lado, ella en su coche y yo en el mío, y, tras recibir el mando y las llaves del servicio de alquileres, entramos en la propiedad.
Dejamos los coches en la entrada. Era una mañana fresca en la que el sol calentaba pero no quemaba. Una suave brisa llegaba con el olor de las hierbas y en el lugar no se escuchaba nada que no fuera el mecerse de las copas de los árboles al viento y un lejano arroyo que proporcionaba, además, un rumor suave. Quizás lo visitáramos más tarde…
Al salir del coche, por fin desvirtualizados totalmente, la veo. Percibo su olor, su cabello rubio, sus ojos color avellana y los bonitos labios pintados de un rosa oscuro. Sonríe, tímida.
—Ho… hola —me dice al salir del coche, dar la vuelta al morro y mirarme.
Me recorre con la mirada de arriba abajo.
Yo hago lo mismo. La miro. No lo puedo evitar. El dom sale a jugar con fuerza. La miro a los ojos, y clavo mi mirada. De pronto la bajo. Es guapa, bonita, huele bien, todo tira de mí. Bajo hasta su cuello. Ella, de pronto, contiene la respiración y se lleva la mano al cuello, como le digo que haga online para sentir la presión de mi mano.
—Hola, Vaquita.
—Aahh…
No se esperaba que fuera tan inmediato, que surgiera así, que de su interior brotara toda esa necesidad de sumisión como un latigazo.
—Hemos venido aquí, y vamos a pasar un tiempo bonito y agradable… así que ...