Segunda sesión real con la sumisa vaquita - Relatos Eróticos

Segunda sesión real con la sumisa vaquita

... pone de rodillas, acercándose, con toda la piel cubierta de orines. Lo hace a cuatro patas. Las tetas le cuelgan hasta el suelo, las arrastra—. Gracias por tomarme tu Dueño.

Besa mis zapatos y pone la cabeza entre ellos.

—No. Eres demasiado especial. Hay que cuidarte tanto como abusar de ti.

—Necesito que seas tú quien decida por mi todo, Dueño. Seguro que la humana te deja que tomes las riendas...

—Tu parte humana se estremece, lo siento. Tiembla de placer y susto mientras Una querría tirarse en el suelo para que le orinar encima para marcarla como mía.

—Tienes razón...

—Tenemos un trato y una promesa. Se hará lo que se deba hacer. ¿Cómo te sientes, así de sucia, meada entera?

—Desorientadísima. Pero, bien, creo.

—Ahora sígueme. A cuatro patas. Voy a lavarte. Porque cuido de mi propiedad.

Os dejo por ahora. Solo con la imagen de mí, caminando por el pasillo y de Una a cuatro patas a mi lado, empapada de meados, con el coño chorreando, el pelo hecho un desastre, en dirección al baño.