El tormento de Elsa (revisado) 49 a 51 - Relatos Eróticos

El tormento de Elsa (revisado) 49 a 51

... habitación de Silvia a la niña con los cinco hombres, las tres putas y los profesores y médico del colegio. Uno de ellos, sonriendo, masturbandose mientras lo hacia, cinturón en la mano libre, fue hasta ella y empezó a azotarle el culo mientras Silvia seguía abrazada al váter y no dejaba de llorar y vomitar.

UNOS MINUTOS ANTES

Elsa seguía inconsciente. La niña estaba aun encadenada al suelo, de rodillas, como la habian dejado tras la violación de Bill, y la pobrecita se habia dormido antes de notar como Silvia terminaba de recoger la ultima gota de la inmundicia que salia de su destrozado ano, sin siquiera oir los llantos de su amada al ver el estado en que su perro habia dejado el culo de Elsa, que al princiìo agradeció la calidez de los besos y lengua de Silvia en su roto agujero..

Con la cabeza caida y el cuerpo entumecido por llevar tanto rato en la misma posición, Elsa empezó a tener pesadillas en las que Bill la volvia a violar, pero esta vez la boca, mientras otros perros lamian sus piernas y su sexo humedeciendolos para ser follada despues por todos ellos uno a uno. Gimiendo, notando las lenguas de esos perros en su piel como la recorrían, como si varias patas diminutas estuvieran deslizándose corretando por su cuerpo, la chiquilla despertó al sentir verdaderamente un hormigueo por su cuerpo. Al despertar, giró la cabeza y pudo ver a decenas de cucarachas de varios tamaños y colores recorrerla el cuerpo, las piernas, las plantas de los pies, la espalda… dios… ...

... no… su culo, su culo y su coño, Elsa notaba como recorrían los pliegues de su coño y se introducían dentro, como buceaban en el interior de su desgarrado ano, como correteaban por sus tetas, su cara, su cabeza… aquello era demasiado, sacudió la cara y las dos que tenia salieron disparadas. La niña aulló y chilló pidiendo socorro, tratando de moverse, pero no sirvió de nada, los insectos parecía que se animaban más. Ya podía notarlas dentro de ella, dentro de su coño, de su culo desgarrado y abierto a placer para su exploración por los insectos. Gritó, gritó hasta quedarse sin voz, tratando de zafarse, notando como las argollas que la sujetaban al suelo dañaban sus muñecas y tobillos, pero sin éxito, pues las cucarachas estaban animadas por el olor que desprendía la chiquilla a sangre, semen y orín; por fin, cuando notaba que no podía más, cuando las sentía recorrerla por todas partes y tan adentro que pensaba podría vomitarlas, su padre y Luis, bajaron a ver qué ocurría seguidos de Puri y fueron hacia ella. Seguían los tres desnudos. Desde el pie de la escalera, vieron lo que sucedía y sonrieron.

-¿Qué sucede querida? - dijo su padre divertido,admirando los insectos corretear por encima de su hija y como de veras varios entraban y salian de su coño y su culo.

Las cucarachas seguían sobre Elsa, dentro de ella, aunque algunas habían salido corriendo al acercarse los tres adultos, y alguna crujió bajo el pie descalzo de Puri, que la aplastó a conciencia retorciendo el pie ...