Mi hermano me folló gracias a su mujer - Relatos Eróticos

Mi hermano me folló gracias a su mujer

... —interrumpí sujetando su pene con dos dedos y metiéndomelo en la boca profundamente hasta casi provocarme una arcada.

Moví la cabeza hacia arriba y abajo a mucha velocidad. Regueros de saliva se deslizaban por la base de su herramienta y por las comisuras de mis labios.

La extraje de mi boca emitiendo un sonido de succión.

—Sí, así lo recuerdo. Que apenas podía contener correrme...

—Ufff, yo no puedo hacerlo así. ¡Me ahogaría!

Para su sorpresa, la consolé besándola en la boca. Nuestras lenguas se encontraron en su interior mientras que pajeábamos lentamente a nuestro hombre.

—No aguanto más. Necesito que me follen —exclamó la delgada fémina.

Terminó de quitarse el tanga y se encaramó sobre su esposo. Yo, sujetando el pene por la base, lo guie hasta su húmedo interior.

Mientras le cabalgaba, le sujeté por la nuca y le planté un beso con lengua en la boca. Mi hermano le succionaba sus diminutos pechos como si fuera una sanguijuela.

De rodillas, comencé a masturbarme excitada por la escena. Cuando Marian se percató, sujetó uno de mis pechos, como pudo por su cabalgada, y me lamió el pezón.

Me puse de pies y me terminé de quitar el tanga. Me tumbé bocarriba en sofá con las piernas bien abiertas para seguir tocándome el clítoris.

—Échate hacia un lado —le pidió su marido.

Marian le hizo caso, solo para encontrarse mi vagina a escasos centímetros de su cara.

No le pedí nada con palabras, pero mi rostro lujurioso era toda una declaración de ...

... intenciones.

Juntó sus labios superiores con los míos inferiores de forma inexperta, pero rápidamente me hizo un cunnilingus perfecto en mi clítoris.

—César, túmbate entero en el sofá —ordené al cabo de un rato.

La pareja rotó sin separarse, con Marian de amazonas encima y él tumbado bocarriba.

No habiendo comenzado a cabalgar aún mi cuñada, me encaramé sobre la cabeza de mi hermano haciéndole un "face-sitting" y ofreciéndole mi vagina sobre sus labios. Me devoró con gula mientras ambas cuñadas nos besábamos y toqueteábamos las tetitas.

En un momento lado, llevada por la excitación, el pene se salió de su cueva. Me tumbé, y rápidamente comencé un 69 con mi hermano mientras que Marian protestaba.

Tenía su coñito justo al lado del pene que había dejado escapar, así que no perdí la ocasión y se lo comí mientras que masturbaba a su marido.

—Joder cariño, tu hermana es insaciable.

—Ya te lo dije...

—No me extraña que aún siguieras recordando los polvos que os echasteis en el pasado...

—Puedo... ¿follármela?

—No hemos llegado hasta aquí para quedarnos a medias. ¡Claro! Aunque creo que será ella la que te follará a ti.

Los tres nos levantamos del sofá para recolocarnos. Me puse a cuatro patas, tal y como recordaba que le encantaba a mi hermano.

Sentí sus manos acariciar mis piernas, subiendo hasta llegar a mi culo y palmearlo.

—Venga hermanito, fóllame bien duro —le animé.

Sentí su pene ardiente buscando mi vagina. Introdujo lentamente su ...