Acción en la carretera: La motero salvaje
Fecha: 27/12/2024,
Categorías:
Hetero
Autor: Aizpurua, Fuente: CuentoRelatos
... trayéndola hacia así violentamente y la besó. Luego la llevó a la motocicleta:
–Por favor apóyese en el vehículo. –dijo con autoridad.
–Sí, oficial, lo que usted diga. –dijo la chica.
Ella fue hacia su bólido, se quitó su chamarra, colocándola encima del vehículo, luego se inclinó apoyando las manos en el asiento. Arqueó la espalda, pronunciando la cintura, abrió las piernas y se dejó ver con su esplendor. Estaba en «cuatro patas», mostrando su torso desnudo y esculpido. Su culo estaba enfundado en cuero negro, no solo tenía sus polainas, sino que tenía unas leggins del mismo material y color.
Él puso su mano en la espalda de ella y acarició suavemente. Palpó su piel suave, sus músculos y contemplaba su desnudez:
–Vaya… te gusta ejercitarte, ¿no?
–Así es…
Se masturbó un poco, para mantener la erección. Le manoseó el culo, palpando el cuero con cuidado:
–Verga, tienes el culo duro…
Se arrodilló, acercándose al culo. Lo contempló maravillado, la luz del sol brillaba sobre el cuero negro. Lo miró unos segundos, para luego lanzarse a degustarlo. Comenzó a lamer directamente, el cuero negro, luego lo besó y mordisqueó con desesperación. Atacaba directamente el cuero negro, ese material en el cuerpo femenino le enloquecía. En aquella faena percibió algo…
Creo que no tiene bragas, es cosa de averiguarlo…
Dio un par de lamidas, tomó el legging, empezó a bajarlo lentamente y acertó en su teoría. La chica mostraba un culo, bronceado, tonificado y sin ...
... bragas. La vagina y el ano, se mostraban en todo su esplendor…
Por dios…
Ambas nalgas parecían brillar por la luz solar, se mostraban redondas y afeitadas. Entre ellas se veía el ano y la vagina, las cuales estaban limpias y depiladas. Era algo extraordinario, se sentía privilegiado por tenerlo para sí. Luego de verlo un poco, se lanzó a degustar.
Lamió delicadamente, la punta de su lengua, acarició los labios vaginales. Ella respiró agitadamente, para luego soltar un suave y ligero gemido. Continuó lamiendo, mientras que con su dedo índice sobó el ano. Estuvo así unos segundos, para luego aumentar la intensidad. Metió su lengua entre los labios vaginales, «comiéndose» la vagina.
Ella soltó un ligero gemido, aquello surtía efecto. Él degustaba el sexo de la patotera con desesperación, mientras introducía su dedo en el ano. La chica, al poco cogió ritmo y se puso a disfrutar:
–Ohh… sí. –dijo mientras se inclinaba adelante. Aún mantenía su gorra de plato negro y sus gafas. Su boca estaba entreabierta, respiraba aceleradamente y gemía ligeramente.
Luego de unos minutos, cambió de modalidad. Lamió su ano e introdujo su dedo en la vagina. Gracias a los estímulos previos, la vagina estaba húmeda y dilatada. Metió su dedo con suavidad y comenzó a moverlo lentamente. Ella recibió más estímulos, su sexo se humedeció aún más. Pronto, él movió su dedo, para ubicar el «punto G»…
Voy a volarle la tapa de los sesos… Pensó maliciosamente.
Mientras metía el dedo, con ...