Acción en la carretera: La motero salvaje
Fecha: 27/12/2024,
Categorías:
Hetero
Autor: Aizpurua, Fuente: CuentoRelatos
... cuidado comenzó a explorarlo, a lo segundos dio con el blanco…
Ahí estás… Sonrió maliciosamente, para luego ir a la faena.
Frotó con la yema de su dedo el punto G, lo hizo con cuidado:
–Ohh… que… ¿Qué haces? –dijo la motero volteando a mirar atrás.
El la miró, viendo su rostro reflejado en sus gafas:
–Tranquila vas a disfrutarlo…
Continuó con el dedo, mientras lamía el ano. La chica, volvió a su postura para recibir placer, luego de unos minutos surtió efecto. Ella soltó un ligero gemido, mientras el placer iba acrecentando. Él libro una mano, para proceder a masturbarse, no quería perder la erección. Al rato, se detuvo, se levantó y dijo:
–Es hora de embestir.
Sacó un preservativo de su bolsillo y se lo puso. Luego lo metió suavemente, en la vagina, para luego empezar el movimiento pélvico. Gracias al trabajo previo, la vagina estaba dilatada y lubricada. Los gemidos de ella, comenzaron a ser más frecuentes y formales.
El oficial posó las manos en las caderas de ella y aumentó el ritmo. La chica gemía suavemente, con las manos apoyadas en la motocicleta. El oficial bajó la mirada, viendo ese extraordinario culo desnudo y a su verga entrando entre esas apetitosas nalgas. Aquello le llamaba para darle con más fuerza y ánimo.
Quiso ponerse más intimó, así que se acercó más y la abrazó por detrás. Sus manos recorrieron su cuerpo, manoseó sus senos, tomó su entrepierna y empezó a chupar el lóbulo de la oreja. Todo eso, sin dejar de penetrarla, ...
... porque no quería perder ritmo. Para ese momento, ya habían logrado acoplarse, por lo que todo marchaba bien. Poco a poco, fue acrecentándose el placer, acercándose al orgasmo. Llegaron al culmen, ahora iban por el final.
–¡Ughhh!... dale, dale… –dijo ella mientras la embestida continuaba.
Sus sexos acoplados, interactuaban perfectamente, llevando a cabo la penetración. La fricción de la penetración, se traducía en un curioso sonido. Era el característico «tic... tic... tic…», que se apreciaba en el porno. Él escuchó aquel sonido y no pudo evitar una ligera sonrisa de satisfacción:
–Siii… bien… –el policía exclamó con placer mientras se acercaba.
Continuaron hasta que llegó la explosión final. Los dos lanzaron un largo gemido de placer, mientras tenían un espectacular orgasmo. El policía, dio tres embestidas rápidas, en la última se quedó con el pene adentro y terminando de expulsar toda su energía.
Ambos se desplomaron sobre la motocicleta, bañados de sudor y jadeantes. Se quedaron en silencio, mientras recuperaban el aliento. El policía tenía los pantalones abajo y la camisa desarreglada. Él miró abajo, contempló el preservativo usado, colgando de su miembro flácido y aun lleno de semen. Se sintió ridículo, por lo que se lo quitó y acomodó los pantalones.
Ella se subió los leggins y se acomodó las polainas. Se sacó su gorra, se pasó un pañuelo por el rostro, el cuello y por último a sus senos. Se quitó su gorra, para tratar de acomodarse el cabello, con sus ...