Confesiones del pasado y de siempre
Fecha: 02/01/2025,
Categorías:
Incesto
Sexo con Maduras
Voyerismo
Autor: Veronicca, Fuente: SexoSinTabues30
Ahora que parece que se ha puesto de moda que todas las mujeres contemos esos sucesos de nuestro pasado que nos parecen vergonzantes y que algunas tenían escondidos en su memoria, surgió este tema en una de nuestras conversaciones entre varias amigas en la que cada una empezó a contar lo que les había sucedido a ellas, aunque no todas estaban tan de acuerdo en que de niñas a todas “nos habían metido la mano”, como solía decir una amiga mía.
De todas formas, lo cierto es que todo este tipo de casos como los que yo llevo años contando en mis relatos, están saliendo a la luz confesados por muchas de sus protagonistas.
Y al igual que muchas mujeres en el mundo están hablando de esto, entre nosotras no podía ser de otra manera, así que un día que estábamos un grupo de amigas, empezamos a hablarlo:
—Es que ahora a todas las famosas les da por contar como han sido abusadas y de repente, todas recordamos que nos ha pasado lo mismo, pero nadie lo sabía porque no lo habíamos contado y nos estamos dando cuenta que eso era más normal de lo que pensábamos.
—Bueno, habrá de todo, pero yo puedo contar mi caso y la verdad es que no me atreví a decírselo a nadie hasta hace poco —nos dijo Marga.
—¿Qué te pasó a ti?
—Cuando era pequeña y volvía del Colegio a casa, como mi madre trabajaba, tenía que esperar a que ella llegara en la casa del portero del edificio. Lo que pasaba es que él se entretenía conmigo jugando, lo que aprovechaba para tocarme sin que yo le dijera nada y ...
... hasta me decía que abriera las piernas como parte de ese juego, y yo como tonta, las abría para que me tocara más todavía.
—Pero también lo hacías porque te gustaba que te tocara, ¿no?
—Al principio no, porque mi madre me había dicho que no me dejara tocar ahí, pero él me decía que no tenía que decírselo a nadie y que me dejara tocar por él. Yo era muy inocente, pero acababa toda empapada y me dejaba hacer todo lo que él quería. Y cuando no estaba su mujer, se aprovechaba más de mí. Me mandaba tumbarme en la mesa y él me bajaba las bragas para ponerse a lamerme la rajita mientras se volvía loco con eso, y no le importaba que me meara por el gusto que me daba.
—¡Qué rico! Es que es un gustazo eso, pero bueno mujer. Todas hemos pasado por cosas así. Yo voy a contaros mi caso. En una ocasión cuando tenía sobre 10 años, volvíamos de la playa con mis tíos en el coche. Mis padres iban delante y mis tíos detrás; mi tía con mi primo pequeño en brazos, mi hermano sentado en el medio, y yo iba sentada en las piernas de mí tío. La playa estaba a más de una hora de nuestra casa y se hizo de noche, por lo que todos iban casi dormidos. Yo iba con un vestido corto con la braguita del bikini y de pronto empecé a sentir como algo duro se metía entre mis piernas y con el movimiento del coche, lo notaba mucho más, por lo que empecé a tener como un cierto gusto que no había sentido antes. Además, mi tío sujetaba con las manos mis piernas por debajo del vestido, y como otras veces que me ...