1. Mi odiosa hermanastra II (17)


    Fecha: 08/01/2025, Categorías: Incesto Autor: Gabriel B, Fuente: TodoRelatos

    Capítulo 17
    
    Final de la serie
    
    Me va a pegar, pensé. Me va a dar una paliza. Papá nunca me había levantado la mano. Solía mostrar su severidad y su desaprobación de otras maneras. Pero ahora parecía demasiado claro que lo iba a hacer. Me estaba agarrando del cuello con una fuerza increíble. Instintivamente llevé mis dos manos a su brazo, para apartarlo de mí. Pero se sentía duro y tenso. Era imposible librarme de él. Y papá tenía en alto el otro brazo, con el puño cerrado, listo para asestarme el golpe. Casi podía ver el movimiento del brazo, trazando una línea recta que terminaría impactando en mi cara. También podía verme con unos dientes menos. Era cuestión de unos instantes para que sucediera.
    
    Me di cuenta de que si aún no me daba el golpe era solo porque estaba esperando a que le respondiera.
    
    —¿Te acostaste con mi mujer? —preguntó de nuevo.
    
    Pero yo no podía responder. La presión que estaba ejerciendo en mi cuello era demasiado. Viéndolo en retrospectiva resulta obvio saber que para salir de esa situación bien podría haberle dado una patada en la entrepierna, o incluso una piña con alguna de esas manos que estaban en vano haciendo presión con el brazo. Pero en ese momento estaba petrificado, convencido de que papá me acababa de descubrir.
    
    Tenía los ojos borrosos, pero alcancé a ver cómo Amalia trataba de apartarlo de mí. También me percaté de que estaba con la espalda contra la pared. Papá no solo me había agarrado del cuello sino que también me había ...
    ... empujado varios centímetros.
    
    Escuché algunos gritos. Samara había aparecido en la cocina. Hubo un forcejeo. Junto a su madre por fin lograron separar a papá de mí. Pero inmediatamente después empezaron a discutir entre ellas. No era para menos. Por fin había explotado la bomba. Amalia empezó a recriminarle haberse acostado con su pareja. Hablaban una encima de la otra, y era difícil comprender lo que decían, salvo algunas palabras sueltas. Temí que terminaran golpeándose entre ellas. Papá aún estaba cerca de mí, pero ahora parecía tan atento como yo a la discusión de las dos mujeres. A nuestro alrededor había vidrios destrozados. Vasos que se habían roto en decenas de pedazos.
    
    Entonces Samara largó un grito con el que hizo callar a todos.
    
    —¡No estoy embarazada! —dijo.
    
    Por fin hubo silencio. Un silencio profundo y tenso, que según entendí solo era la antesala de otro estallido. Abril apareció en la cocina. Me dijo algo sobre Aurora. Comprendí que estaba con el auricular en la oreja y la música a todo volumen. Por ahora estaba controlada, pero alguien tenía que estar con ella.
    
    —Es que necesitaba saber que estaba todo bien —se excusó Abril.
    
    —Está todo mal —comenté yo.
    
    —¿Entonces no estás embarazada, Sami? —le preguntó Abril a su hermana. Por lo visto había alcanzado a escuchar la confesión.
    
    —No —respondió la aludida, sin dar más explicaciones.
    
    A pesar de que Amalia seguía enfurecida, se la notaba mucho menos tensa que antes. El supuesto embarazo de Samara ...
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