1. Mi odiosa hermanastra II (17)


    Fecha: 08/01/2025, Categorías: Incesto Autor: Gabriel B, Fuente: TodoRelatos

    ... había llevado la infidelidad de papá a los niveles más elevados de traición. No solo le había metido los cuernos, sino que lo había hecho con una adolescente. No solo lo había hecho con una adolescente, sino que se trataba de su hija. Y no solo se había cogido a su hija, sino que la había dejado embarazada. Bueno, al menos esa última parte de esta aberrante historia quedaba descartada. Y ahora Amalia parecía estar asimilando el hecho de que su desgracia fuera un poco menor a la que creía.
    
    Comprendí que lo único que había querido lograr Samara era el caos. Con su falso embarazo Amalia se veía obligada a dejar caer el velo que tenía en los ojos. Si hasta el momento tenía dudas que impedían terminar de tomar una decisión, el misterioso hombre que había dejado preñada a mi hermanastra era la gota que faltaba para que se rebalsara el vaso. Aún no sabía cómo era que mi madrastra se terminó convenciendo de la verdad, aunque en realidad los detalles carecían de importancia.
    
    No obstante, recordé, aterrado, que yo me la había cogido varias veces sin protección. ¡Hija de puta!, pensé. Pero no dije nada. Ya suficiente problemas había.
    
    —No te hagas la víctima. Vos hiciste lo mismo —escuché decir a papá.
    
    Amalia le había estado echando en cara que, habiendo o no embarazo, él se había acostado con su hija. Y papá, totalmente alejado de su actitud de profesional centrado le recordó lo que, comprendí, ella le había confesado unos minutos antes de que yo apareciera, seguramente por ...
    ... despecho, para herirlo.
    
    —Ah, bueno —dijo Samara, mirándome a mí y a su madre de manera alternativa, como no pudiendo creer lo que acababa de escuchar.
    
    Yo aún estaba perturbado por el ataque de papá. Sin darme cuenta había llevado la mano a mi cuello y me lo estaba frotando, ahí donde sentía ardor. Me preparé para recibir otro ataque de papá. Ni se me ocurrió negar la acusación. Pero fue la propia Amalia la que evitó que el escándalo se convirtiera en tragedia.
    
    —No seas idiota —le dijo a papá—. Solo te lo dije para hacerte enojar. Para que sientas por un minuto la humillación que yo siento ahora. ¿Te pensás que me voy a acostar con un nene? Los degenerados creen que todos son degenerados, ¿no?
    
    Papá me miró. Su mirada se relajó y me pareció ver un atisbo de culpa en ella. Por lo visto le había creído.
    
    —¡Qué casa de locas! —gritó entonces. Tanteó su bolsillo. Cuando encontró la llave de su auto, se dirigió a la puerta—. Mañana vengo a buscar mis cosas —agregó después, para finalmente dar un portazo y perderse de nuestra vista.
    
    Se fue, sin siquiera molestarse a llevarme con él. Vaya padre que tenía. Amalia salió a la vereda y desde adentro pude oír unas palabrotas que jamás había imaginado que podrían salir de la boca de mi dulce profesora. Pero su ahora expareja pudo irse sin recibir el castigo que probablemente merecía.
    
    Así fue como esa familia ensamblada, ese experimento, llegó a su fin.
    
    ………..
    
    Esa misma noche sería la última que pasaría en la casa de ...
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