Compañero de piso lesionado
Fecha: 10/01/2025,
Categorías:
Gays
Autor: Garion de Riva, Fuente: TodoRelatos
... circuncisión, pero enseguida volvía a metérmela entera para notar como a cada embestida llegaba más profundo y tenía que abrir más la garganta. Al poco ya no era capaz de meterla entera, no sólo tenía una polla bastante larga sino también gruesa.
Me encantaba su sabor, así que pronto empecé a chupar con más ahínco. Cuando la tuvo totalmente dura me retiré un momento para admirarla: un glande oscuro, grande y brillante que coronaba un tronco grueso y venoso algo moreno. La tenía algo curvada hacia arriba, lo que me dificultaba el metérmela en esa postura, por lo que aproveché para volver a ponerme sobre el sofá de rodillas y seguir mamándosela desde ahí, pudiendo introducir más carne en mi garganta.
Aumenté el ritmo de la mamada, y Cristóbal comenzó a gemir y resoplar levemente. Intenté introducirla entera un par de veces sin éxito, pero al parecer él no estaba conforme ya que a la tercera me agarró la cabeza y levantando la pelvis me la clavó hasta los huevos. No sólo eso, sino que aprovechó para bombear con sus caderas, follándome la garganta mientras resoplaba y yo intentaba aguantar la arcada.
Cuando me liberó y pude coger aire, sin perder tiempo me volví a lanzar a por su polla, ahora totalmente cubierta de babas. No sabía cuanto rato llevaba, pero no pensaba perder la apuesta (aunque la prenda a pagar era bastante tentadora, mi orgullo tiraba más). Cristóbal se retorcía según su polla entraba y salía de mi garganta, y yo sabía que la corrida sería ...
... inminente.
- Uf, mierda, mierda, no aguanto más… me voy a correr.
Me la saqué de la boca, dejándola sobre mis labios, y cogí el móvil. 4’ 27’’.
- Vaaaya parece que has perd…
- Me la pela –me dijo si dejarme acabar, agarrándome la cabeza de nuevo y metiéndome la polla en la boca-. Tú no te vas hasta acabar lo que has empezado.
E imprimiendo un ritmo frenético comenzó a follarme la boca sin dejarme retirar la cabeza. Empezamos a gemir los dos, él porque se iba a correr, yo porque me estaba ahogando con tanto rabo pero me encantaba. Y con una última estocada me la volvió a meter entera, y casi gritando en vez de gemir empezó a descargar directamente hacia mi estómago. No se cuantos trallazos serían, pero todos fueron a parar a mi interior sin pasar siquiera por la boca ya que me seguía agarrando la cabeza con fuerza mientras sufría los espasmos típicos.
Finalmente me dejó ir, y con lágrimas en los ojos, la cara roja y el gallumbo encharcado de mi propio pre de lo cachondo que estaba me saqué la polla de golpe de la boca y me quedé jadeando. “Ojalá me usara más veces”, pensé.
Sin embargo, otro pensamiento crucé mi mente justo después: había ganado la apuesta. Tras reponerme, lo miré fijamente. Estaba recostado en el sofá con los ojos cerrados y recuperando el aliento tras el orgasmo, pero los abrió de golpe cuando me senté sobre sus piernas.
- Has perdido.
- Si no hiciera tanto que no me corría no habrías conseguido nada –me respondió frunciendo el ceño.
- Mala ...