1. Cuando me tiré al profesor de la uni


    Fecha: 11/01/2025, Categorías: Hetero Autor: DominusBleatus, Fuente: TodoRelatos

    ... semen. Subo la cara, le dejo ver mi cuello mientras trago. El sabor es fuerte pero no invasivo. El final es más dulce de lo que esperaba y me agrada.
    
    —Ufff… Profe… te has corrido en mi boca y casi me ahogas —le beso la polla que pierde gallardía por momentos—. La pregunta es: ¿puedes devolverme el favor? ¿Le comerás el coño a tu alumna? Estoy encharcada, mira —le digo, tras llevarme los dedos a mi empapado coño.
    
    Los separo y le dejo ver que entre ellos hay mucho flujo transparente.
    
    Él sonríe, me atrapa la mano y se la lleva a la boca. Su lengua recorre mis dedos probando mi sabor. Después, se incorpora un poco y me besa. Hace un movimiento rápido y de pronto estoy en el sofá. Él está de rodillas delante de mí. Me quita los calcetines, despacio, y me mira los pies. Sonríe, y se los lleva a la boca. Eso es algo que me pone. Tengo unos pies bonitos y rosados, muy cuidados, y me chupa los dedos, la planta y el empeine. Baja, cambia de pie, hace lo mismo con el izquierdo. Me cubre de besos los tobillos. Lo disfruto enormemente y me amaso los pechos picudos con gusto. El profe es hábil… y de pronto su cabeza vuelve a estar sobre mí. Me besa con hambre, baja por mi cuello y repara en mis pechos. Los junta, los amasa, tira de los pezones (me he quitado los piercings de aro para parecer más inocente) y deja caer la cabeza por el vientre, lame mi ombligo; hace algo que no me espero. De pronto, presiona mi vientre. Pasa sus grandes manos, aprieta suavemente y de golpe me lo ...
    ... hunde. Yo no espero lo que eso desata: me excita, me siento una puerca pervertida pero me excita sentir esa presión firme y continua, lo que me hace gemir; finalmente se desliza hasta mi coño que está a un suspiro de explotar. Me besa el pubis rasurado, lame las ingles y por fin su lengua recae sobre mi hinchado clítoris. Los labios se acercan y lo succionan, lo chupan y estiran suavemente. Lame alrededor y baja presionando hasta mis labios menores, aparando los mayores con dos dedos. Su lengua lame mis flujos, se mete en mi coño y me estremezco. Ahora soy yo quien le aplasta la cabeza contra el coño y él se aplica. La lengua juega, lame desde mi perineo hasta el clítoris, se mete dentro, para centrarse al final en mi clítoris y meter dos de sus gruesos y musculosos dedos en mi coño hambriento.
    
    Me arqueo, siento venir el orgasmo y me corro. Quizás con otro lo hubiera fingido o algo, pero este hombre ha hecho que me corra de verdad. Mi coño pulsa, mi clítoris también, y me corro con fuerza dos, tres veces. Me contengo: aún no ha llegado el orgasmo potente. Ya vendrá. Y lo pondré todo perdido, que me conozco, cuando eyacule.
    
    Él se retira, entre risas cuando siente cómo me he corrido. Respiro más agitadamente de lo que debería, para halagarlo.
    
    —¿No irás a dejar esa súbita erección ahí, no? Úsala, hazme el favor…
    
    —Yo… voy a por…
    
    —Tomo la píldora. Y estoy limpia de cualquier guarrada. Soy una chica responsable —le digo con una mirada aviesa y abriéndome el coño con dos ...
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