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Amor inesperado de una mujer casada 3
Fecha: 13/01/2025, Categorías: Sexo con Maduras Autor: dulceymorboso, Fuente: TodoRelatos
... labios y le di un tímido beso, enseguida la di otro y otro más. El cuarto beso se lo di con los labios algo abiertos, el quinto con la lengua asomando nerviosa. Y él morbo, la excitación y la curiosidad consiguieron que comenzara a lamer sin descanso. Y Carmen gemía excitada y temblaba cada vez que la punta de mi lengua lograba colarse por su delicioso ano. Cuando salí de debajo de la falda después de haberla hecho correrse supe que volvería a hacerlo muchas más veces. Que, aunque Carmen no me lo pidiera, si era necesario, seria yo quien se lo pidiera. Me había encantado comerle el culo. De pie a su lado nos miramos. Las dos estábamos sonrojadas. Me besó los labios. - Es increíble lo que me haces sentir, cariño – me dijo abrazándome. - Me encanta que pienses así. - Vamos a tu cama – agarró mi mano y me llevó a la habitación. Frente a frente nos desnudamos con prisa. La desesperación por sentir nuestros cuerpos desnudos abrazados, hizo que nos despojáramos de la ropa dejándola tirada por el suelo. Tanto ella como yo estábamos excitadas y nuestros pechos eran la prueba evidente de nuestro estado. Nos abrazamos y besándonos nos frotamos una a la otra. - Ven – me llevó a la cama de la mano. Le había prometido que haría lo que me pidiera en agradecimiento por haber bajado durante la noche a pesar de estar su marido en casa. Sentada en la cama, esperaba que me dijera que quería hacer. Se sentó frente a mi y vi como abriendo las piernas me mostraba su ...
... coño. Lo tenía mojado. - Acércate – me agarró del brazo y me acercó a ella – Pon tu coño junto al mío. Pasando una de mis piernas sobre la suya me arrimé a ella. Podía sentir el calor que desprendía su sexo en el mío. La miré nerviosa y pegué mi pubis al suyo. - Estás empapada, cariño – me dijo. - Tú también. Nos acariciamos los pechos, nos besamos. La sensación de sentir su coño pegado al mío me hizo gemir. - Que sensación más intensa – le dije abrazándola. - Te gusta? - Mucho y a ti? – le pregunté. - Me encanta. Mientras nos besábamos comenzamos a movernos frotando nuestros sexos. Nos movíamos sincronizadas mirándonos a los ojos. El sonido de los flujos al chocar coño contra coño nos hizo sonreír. Sentía que iba a explotar y agarrando sus nalgas me comencé a mover descontroladamente. - Cariño…- me dijo entre gemidos incontrolados - …Me estás follando con tu coño. - Si. Te estoy follando, Carmen. Nos corrimos juntas sintiendo nuestros líquidos mojar nuestros muslos, ingles. Salpicando nuestros pubis y empapando la sábana. - En mi vida me había corrido así – me dijo palpando la sábana. - Yo tampoco. Es increíble – la besé agradecida. …….. Durante todo el día de ese sábado me sentí nerviosa. No sabía si era por saber que esa noche iba a volver a estar con Eduardo o el motivo de mi estado era porque Carmen iba a estar allí presente, quizás era por ambas cosas. Durante esa semana habían pasado demasiadas cosas entre nosotras y todo ...