1. Amor inesperado de una mujer casada 3


    Fecha: 13/01/2025, Categorías: Sexo con Maduras Autor: dulceymorboso, Fuente: TodoRelatos

    ... estás? – me cogió desprevenida cuando me besó los labios – Pasa, por favor.
    
    - Bien y tú? – aquel beso imprevisto me hizo sentir un escalofrío.
    
    - Bien, gracias por venir.
    
    Al pasar, puso su mano al final de mi espalda apoyándola un poco en mi culo.
    
    - Carmen se está terminando de arreglar. Serviré unos vinos mientras.
    
    Me sirvió un vino y me sentía algo intimidada con su manera de mirarme. Era como sentirme desnudada por sus ojos y aquello provocaba en mi cuerpo sensaciones agradables.
    
    - Sentémonos – me dijo.
    
    Al sentarme, no perdió detalle de mis piernas y me preguntaba si había logrado ver mis bragas antes de cruzar las piernas. Al cruzarlas el vestido se subió dejando casi desnuda mi pierna al completo y tuve que tirar de él para bajarlo un poco.
    
    - Es un poco corto – le dije avergonzada.
    
    - Te queda perfecto – miraba ensimismado – Tienes las piernas preciosas.
    
    - Gracias – me halagaban sus palabras – Solo lo puse una vez. A mí marido no le gusta que me lo ponga.
    
    - Hoy es el día apropiado. Aquí nadie te verá excepto nosotros.
    
    - Si , eso mismo pensé yo.
    
    Estábamos hablando de su cargo de presidente del equipo de fútbol, cuando por el pasillo apareció Carmen. Intenté que mi cara no delatara mi alegría por verla y por lo guapa que estaba.
    
    - Hola, Mónica – me dijo acercándose para darme dos besos – Perdona que tardara un poco.
    
    - Hola, Carmen – me levanté para saludarla – No te preocupes. Que guapa estás.
    
    Estaba preciosa con aquel vestido ...
    ... azul marino e intenté disimular al fijarme en su escote.
    
    - Gracias – me miró el vestido – Tu si que estás guapa. Verdad? – le preguntó a su marido.
    
    - Si, ya se lo he dicho. Está preciosa.
    
    Nos tomamos un vino mientras conversamos de todo un poco. Se les veía felices de tenerme allí con ellos y la verdad es que yo también lo estaba. Cuando Carmen me miraba, podía sentir nuestra complicidad , si era él quien lo hacía, sentía su deseo.
    
    - Que os parece si cenamos? – nos preguntó Eduardo.
    
    - Por mi perfecto – le respondió su mujer mirándome – Cenamos?
    
    - Vale – le contesté.
    
    - Sentaros que ya traigo yo la cena – dijo Eduardo levantándose del sofá.
    
    Cuando desapareció en la cocina, Carmen me miró sonriendo y se acercó a mi.
    
    - Estás para comerte, cariño – me dijo acercando su cara a mi oreja.
    
    - Tú también estás preciosa.
    
    - Te sientas a mi lado? – me preguntó.
    
    - Me encantaría cenar a tu lado.
    
    - Ponte en ese sitio – señaló hacia la pared – Yo me pondré a tu lado y mi marido que se ponga enfrente. Eduardo me dijo que él se encargaría de todo esta noche.
    
    Una vez sentadas, Carmen me miró y me estremecí al sentir que apoyaba su mano en mi pierna para hablarme.
    
    - Que tal estás?
    
    - Un poco nerviosa – le confesé – Y tú?
    
    - Me pasa lo mismo.
    
    Enseguida apareció Eduardo con la bandeja y nos sirvió la cena. Poco a poco, quizás por los efectos del vino, fui sintiéndome algo más relajada. Tanto él como ella estaban todo el tiempo pendientes de mi. Me ...
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