Como convertí a mi esposa en una zorra ninfómana 7 - Relatos Eróticos

Como convertí a mi esposa en una zorra ninfómana 7

... indicado. Era un local pequeño en las afueras, por supuesto de rumanos. La atendió una chica joven, también muy guapa. Llevaba un top ensenando el ombligo y por supuesto vi la marca sobre su culo.

Isa estuvo dos horas, cambiaron su melena negra, por un corte más moderno un poco menos largo. El color negro paso a un castaño con mechas. Estaba muy guapa, las zorras sabían lo que hacían.

A la hora de comer llego un mensaje de su hermano:

Justo después llego otro mensaje de su hermano al móvil normal.

Me pareció alucinante que aceptase tan rápido, no se que paso por su cabeza, después de lo que iba a pasar esa tarde, había quedado el sábado otra vez con él. Nada tenía sentido.

A las 5 llamamos a un taxi tal y como Anton nos indico y fuimos al hotel, estaba bastante a las afueras, era grande, muchas habitaciones y discreto, perfecto para la encerrona. Isa iba vestida normal, Anton le indico que no se preocupara por eso. No iba a necesitar la ropa.

La furgoneta de Anton ya estaba allí. Fuimos al bar del hotel y nos explico el plan.

Isa esnifo las dos rallas, estaba a punto de follarse a su hermano para joderle la vida y le daba igual. Quería hacerlo por Anton y quería hacerlo porque deseaba ese rabo enorme dentro de ella.

Anton mando un mensaje:

Isa se fue con un matón a la habitación que habían preparado. Yo fui a la otra con otro tipo. Anton se quedó esperando.

La habitación estaba bastante bien. En la mesa había dos monitores, en ellos se veía todo ...

... lo que pasaba en la otra habitación.

Vi como entro Isa y se desnudó, delante del hombre de Anton como si nada. Se tumbo en la cama bocarriba.

El cogió una cuerda que había en una mesa y le ato una mano. Paso la cuerda por detrás del cabecero y le ato la segunda. La cuerda era larga, Isa todavía podía girarse y moverse. Le explico que en cuanto quisiese podría desatarse solo tirando del nudo con la otra mano.

El tipo corrió las persianas y dejo la habitación en penumbra, con la suficiente luz para poder grabar. Para terminar, se acercó a Isa y le puso un antifaz bastante grande. La verdad es que, entre el pelo, el antifaz, los tatuajes y las hormonas que iban modelando su cuerpo, era imposible reconocerla.

El matón no desaprovecho la oportunidad de tocarla, la sobo, las tetas, el culo, le metió un dedo en la vagina y lo chupo.

Con la inyección del doctor Isa siempre estaba mojada, pero la coca y la situación hacia que estuviera fuera de sí. Necesitaba que la follasen, quien fuera.

El tío se largó y vino a la habitación donde estábamos. Estuvimos esperando, 10 minutos, 20 minutos. Anton estaba asegurándose de que mi cuñado subiera bien anestesiado.

Isa se retorcía, no podía parar quieta, no paraba de preguntar cuando llegaban, estaba muy nerviosa y muy cachonda.

Tras unos 35 minutos se abrió la puerta de la habitación, allí estaba el hermano de Isa, camino hacia la cama apoyándose en la pared. Anton le había puesto fino. La vio, y sonrió.

Isa hizo un ...