Me follaré a tu hija 2 - Relatos Eróticos

Me follaré a tu hija 2

A los cinco segundos de enviar el mensaje, Félix me llamó. Rebeca abrió los ojos sorprendida, pero le dije que no se preocupara, que solo estaba disponible para ella. Bajé el volumen del móvil y me concentré en lo que estaba a punto de hacer. No solo se trataba de consumar mi venganza, también estaba deseando desvirgar a mi primita, aunque eso pusiera mi vida en riesgo.

Rebeca seguía con los ojos cerrados, esperando sentir por primera vez un pene entre sus piernas. Me lo sujeté y comencé a refregárselo por toda la zona, jugando con sus ganas y a la vez lubricándomelo. Coloqué la punta en la entrada de su chorreante vagina y empujé sutilmente hasta que me topé con la barrera que la separaba de ser una mujer. Le agarré las manos con ternura y rompí su himen.

Mi prima gritó de dolor, aunque intentó disimular para que siguiera. Los ojos se le inundaron en lágrimas, tenía la carita colorada por la excitación. Parecía una muñeca indefensa suplicándome que no parara, que la hiciera mía. La besé en los labios para que se sintiera segura. Yo era el primero que sabía que lo que estaba haciendo era una monstruosidad, pero tenía que darle la mejor primera vez posible.

Mientras la seguía besando y embestía entre sus piernas completamente abiertas, ella me decía que me quería, pero yo guardaba silencio. En la mesita de Rebeca, mi móvil no dejaba de vibrar. Me daba mucha satisfacción saber que Félix estaba desesperado y no dejaba de enviarme mensajes. Solo esperaba que no se ...

... atreviera a intentar comunicarse con su hija, que mi prima no descubriera la verdad tan pronto.

Tras un buen buen rato embistiendo dentro de su prieto coñito, mi prima tuvo el primer orgasmo de su vida. Yo me agarré a sus tetazas para intentar acelerar el mío. Cuando noté que estaba a punto, traté de sacar la polla de su interior, pero Rebeca me abrazó con fuerza y me corrí en sus adentros. Eso podría traerme un problema mayor, si es que era posible.

- ¿Por qué has hecho eso?

- Quería que mi primera vez fuera completa, con tu semilla en mi vagina.

- Sabes que eso puede traer consecuencias.

- Ahora mismo estoy tan feliz que me da todo igual.

- Rebeca, escúchame con atención.

- Claro, Martín, ¿pasa algo?

- Tu padre me está enviando mensajes, viene hacia aquí.

- ¿Por qué?

- Seguramente intentará mentirte, pero tiene una cámara en tu habitación.

- ¿Cómo sabes eso?

- Me lo acaba de decir. Nos ha visto. ¿Confías en mí?

- Siempre.

- Dile lo que quiera oír... que te he obligado o engañado, da igual.

- Pero no es verdad.

- Ya lo sé, Rebe, pero está muy enfadado.

- Te va a echar de casa.

- Sí, en el mejor de los casos. Pero recuerda que solo yo te digo la verdad.

Tenía que convencerla de que lo nuestro había sido real para protegerla. Con Félix estaba todo perdido, se avecinaba algo muy gordo, pero no quería destrozarle más la vida a Rebeca. En lo que apenas había pensado era en el otro daño colateral, mi tía Diana, la mujer que me ...