La Joven Reina 5
Fecha: 20/01/2025,
Categorías:
Dominación / BDSM,
Autor: Lunatic Master, Fuente: TodoRelatos
... cosa.
–Habla.
–Es sobre mi salud, tengo razones para sospechar que no puedo parir hijos, así que me esterilicé.
–Conozco sacerdotisas expertas en esos casos, llamaré a una cuando lleguemos a puerto para que te examine. Agradezco que digas esto.
–Muchas gracias, ama.
–No quisiera perderte por un parto infructuoso, y ahora toca sexo. El viaje va a ser largo. Iba a hacer una incursión a tus tierras, pero he perdido demasiados barcos, podría intentarla, pero lo más prudente será esperar y reconstruir la flota. Cuando seas leal me vas a contar cómo me has causado tantos problemas, casi me derrotas.
–¿puedo montarte?
Había armas por todas partes que podía usar contra ella, pero era una necedad hacerlo. Parecía amable y comprensiva para ser una esclavista, pero ahora mismo ser sumisa es mi mejor baza. Ante mí pregunta, la capitana se acostó, con su polla enhiesta y esperando. Yo avancé y me senté sobre su pollón. Por suerte los genes de mi madre me daban mejor capacidad de dominar este tipo de pollas tan grandes. También me hacían sus genes, sentirme extremadamente cachonda estando completamente llena, por lo que estaba encantada montando a la capitana. Parecía que mi madre hubiera sido creada para ser una zorra, y nosotras también. Ahí la estaba montando, saltando sobre su miembro, y gimiendo bien alto.
–Oh dioses, qué polla más grande.–dije gimiendo bien alto.–Mejor que mí exmarido.–ese último comentario se me escapó.
–¡Ja! Eso me gusta.
–Era ...
... un capullo y un desperdicio de persona. Follaba fatal.
–Que le den a tu exmarido.
Sus palabras me animaron a montarla con más brío. En ese momento, no era mi secuestradora, era una amante por despecho. Nunca pude descargar mis frustraciones adecuadamente. Mi ama intentó agarrar mis tetas y se dio cuenta de que sus manos apenas podían con mis pechos.
–Las mujeres despechadas son las mejores amantes. Si te sirve de consuelo, entiendo cómo te sientes sobre él.
No deje de montarlo, bien húmeda y cachonda hasta que se corrió. Como hacen las hermafroditas, su éxtasis provocó el mío, y caí sobre su cuerpo. Para cuando me quise dar cuenta, había caído redonda y se durmió justo después de follar. Me quedé en la cama, acostada, reflexionando sobre mi nueva vida. En mitad del mar no hay ningún sitio donde escapar, si me tiro, moriré. Solo puedo ser su esclava sexual. La miré dormir y acaricié su pelo. De momento no parece tan mala como me esperaba de los imperiales. Una vez dijo mi madre: "las hermafroditas normales, solo buscan una cosa de sus esclavas, sexo, si das eso como esclava, te tratarán de lujo". Ojalá ella sea así. Tampoco deseo volver ahora mismo, mi madre me ha usado para intentar echar a mi hermana, y luego me ha lanzado a la flota para deshacerse de mí. Me dormí resentida y enfadada. Me desperté en la noche, la capitana se encontraba mareada y vomitando.
–¿qué te ocurre? ¿es el mar?
–No es por navegar, se me pasará. Hay un frasco en una cajita, ...