Mi hermano lo supo desde el comienzo
Fecha: 21/01/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: Damelys, Fuente: TodoRelatos
... guardados y probamos a ver cuál es más rico, me sugirió mi hermano.
Eso, Beto. Los traes o subo uno de estos, le dije señalando la bolsa con los aliados.
Sube uno, vamos a tu cuarto.
Llegué a mi habitación y me senté en la cama a esperar que Beto trajera las golosinas. Entró con una bolsa de papel y me levanté a ver que tenía adentro, pero él la alzó donde yo no llegaba para que no pudiera tomarla. Quédate tranquila, me dijo, si no, no hay postre.
A ver, sentadita, dijo. Cierra los ojos y veamos cuáles sabores son más ricos. Si vuelves a hacer trampa, me voy. Además, tengo tareas que hacer. No, tranquilo betico, yo no haré trampa, le contesté.
Entonces escuché que sacaba algo de la bolsa de papel, quise abrir los ojos, pero preferí esperar esta vez. No los abras, vale. Si, no estoy viendo nada, dije.
De repente sentí que en mis labios había algo muy cerca, podía oler y sentía ese aroma a caramelo y también había otro olor que no lograba descifrar, pero era rico. Estaba así, tranquila y quieta cuando sentí que rozaban mis labios. Saqué un poquito mi lengua para probar y alcancé a sentir un sabor dulce, quería saber que era, quería probar bien, pero en ese momento la puerta de abajo sonó y Beto salió rápido de mi cuarto. No vi que llevaba en la bolsa mi hermano cuando se iba a su cuarto. Era Rosa.
Niños se me había quedado algo en la nevera. Recuerden hacer sus deberes. Chao. Ella no subió. Solo entró a buscar lo que había olvidado y se fue.
Beto no ...
... salió de su cuarto así que fui a buscarlo.
Me dijo que yo estaba mirando y que no habría más golosinas.
No. No miré, lo juro. Solo vi que salías con una bolsa de papel cuando la puerta sonó.
Segura que no viste, me preguntó.
Ya dije que no y si no confías en mí, tápame los ojos, le respondí.
Bueno, me parece. Regresamos a mi habitación y cogió el pantalón de mi pijama que estaba debajo de la almohada y me lo probó como venda. Te incomoda, me preguntó. No, está bien, solo que, si alcanzo a ver un poquito, dije. Entonces mi hermano hizo doble vuelta al pantalón y ahora si no veía nada. Sentí cómo pasaba su mano cerca de mi cara para verificar que no veía. Le dije que en serio no podía ver, pero me seguía pasando tan cerca la mano de la cara que incluso sentí el olor del jabón con que se había lavado las manos.
Hoy día después de unos 20 años de esa tarde, aún no estoy del todo segura si lo que escuché aquella vez fue una cremallera bajando. He tratado de prestar atención desde que mi vida sexual es más constante y apenas he podido percibir ese sonido. Por lo general no estamos tan silenciosos cuando comenzamos a desvestirnos.
Estás lista, Kathy, me preguntó mi hermano y le contesté que sí. Aquí va el primer sabor.
Sentí cómo se aproximaba algo a mi nariz y no alcancé a oler bien porque la tela hacía algo de presión y entonces saqué mi lengua para probar y me sentí decepcionada.
Beto así no vale. Me estás dando otra vez la misma chupeta de ayer. Así no ...