El confidente de todos (5)- la visita al pueblo - Relatos Eróticos

El confidente de todos (5)- la visita al pueblo

... señal de que todo iba correcto.

Mi madre no tardó en aparecer, y la verdad es que me sorprendió como se había arreglado.

No era nada llamativo, iba de sport, pero muy sugerente, no sé cómo decirlo, no iba como siempre, las mallas se le ajustaban a su cuerpo como una segunda piel, dándonos unas vistas espectaculares de su culo, incluso por delante se le marcaba toda la raja de manera grosera, y arriba llevaba un top blanco ajustado con un escotazo en uve que parecían querer salir de esa prisión.

A los abuelos casi le da algo cuando vieron entrar así a mi madre, y creo que se dio cuenta e incluso diría que le agradaba sentirse deseada y observada por esos degenerados, ya que vi como una sonrisa maliciosa se reflejaba en su hermoso rostro, al ver cómo reaccionaban los abuelos.

Estos siguieron jugando como si nada, aunque sus miradas los delataban, el juego ya solo era una tapadera, sus miradas estaban clavadas en las hermosas curvas de mi madre.

Esta se acercó hasta donde estaba mi abuelo, que no dejo la partida, por lo que mi madre se agacho y le dio dos besos muy sensuales y cercanos a la comisura de sus labios, regalándole un primer plano de su escote a los participantes de esa partida, mientras el cabron de mi abuelo le sobaba el culo sin ningún disimuló, sus tres amigos alucinaban con lo que estaban viendo, no podían dar crédito a la situación tan surrealista.

Mi madre después de eso les sonrió a los demás como una colegiala, muy sonriente e ...

... inocente.

Mamá:"¿y Sergio?"

Abuelo:" se marchó hace un segundo, nos dijo que quería despedirse de alguien"

Dueño: “si y de paso le pedí un favorcito, que me fuese a por cambios para mi, que ando algo justo"

Y diciendo esto vi como el dueño se levantaba, iba a la puerta de entrada y cerraba con llave, estaba claro que no querían que nadie les molestase en un rato, y al volver hacia la mesa donde estaban jugando y por la posición en la que se encontraba, detrás de mi madre, vi como éste la devoraba con devoción y su cara cambiaba a una mueca de vicio y deseo y les hacía signos obscenos a sus colegas, haciendo como que se la follaba y relamiéndose.

Abuelo: “anda cariño siéntate aquí conmigo"

Y mientras decía esto se echaba hacia atrás y se golpeaba las rodillas en señal de donde quería que se sentase.

Mi madre ni corta ni perezosa se sentó sobre las rodillas de mi abuelo, como le había mandado, no se lo pensó un segundo y lo peor de todo es que sonreía de manera bobalicona mientras se movía de manera sensual buscando la mejor posición o provocando a mi abuelo, frotando ese culazo contra su entrepierna.

No podía dar crédito a lo que estaba pasando, a la actitud de mi madre, ¿Esto no estaba preparado?, el caso es que todos estaban alucinados con la actitud de mi madre, incluso diría que mi abuelo también estaba tan sorprendido como sus colegas por la actitud de mi madre, pero siguieron jugando a las cartas, o por lo menos haciendo como que jugaban.

Mi abuelo sin ...