El confidente de todos (5)- la visita al pueblo - Relatos Eróticos

El confidente de todos (5)- la visita al pueblo

... poco los abuelos dejaron a mi madre unos segundos para recomponerse.

Mi madre se quedó unos segundos inmóviles sobre la mesa, su respiración era entrecortada, sus orificios estaban dilatados y enrojecidos su cuerpo pringado de semen, por sus muslos corrían varias gotas de un líquido blanquecino, seguramente semen mezclado con sus fluidos.

Me fijé en su culo estaba completamente enrojecido y dilatado, en sus pechos se notaban varias marcas, probablemente dentelladas de uno de esos abuelos, y ver cómo esos pechos subían y bajaban al son que mi madre intentaba coger aire eran simplemente delicioso.

Cuando pensé que todo había acabado, vi como los viejos se volvían a mover de manera coordinada, el dueño cogió un mantel de una de las mesas cercanas, mi abuelo cogió el cuerpo de mi madre y lo echó al suelo sobre el mantel que había colocado el dueño, con cariño y cuidado, y una vez el cuerpo de mi madre estuvo en el suelo, los cuatro abuelos la rodearon se cogieron sus pollas ya algo flácidas y de repente empezaron a orinar sobre mi madre, está al sentir ese líquido caliente sobre su desnudo cuerpo, dio un chillido e hizo el amago de taparse.

Pero al instante, vi como mi madre dejaba de taparse, resignada dejaba que esos cuatro degenerados la orinasen encima.

Los cuatro se miraban sonrientes, cuando fueron terminando mi madre sorprendentemente fue cogiendo sus pollas y se las metía en su boca como si quisiera recibir hasta la última gota de ese líquido amarillento, ...

... reconozco que en un principio me dio bastante asco y repulsa, pero también tuvo su punto.

Hasta que por fin dieron por terminado el día, mi madre en compañía del dueño se fue a un baño que tenía cerca de donde estaba yo, mientras los demás se vistieron tranquilamente y orgullosos de lo que había pasado se marcharon para sus casas con una sonrisa imborrable seguramente durante días.

El dueño cuando oyó caer el agua de la ducha vino a donde estaba yo y me abrió.

Cuando nuestras miradas se cruzaron me sentí muy violento, esa mirada de felicidad y de triunfador me incomodaban, salí como un perro apaleado, con el rabo entre las piernas y la cabeza agachada, quería evitar esa mirada.

Cuando bajé, me encontré al abuelo como un pavo real, me miró divertido y me dijo muy serio y seguro.

Abuelo:"que te ha parecido hijo, ¿tú crees que tu madre ha hecho algo que realmente no quisiera?, como te dije tener una mujer así no se ve todos los días, y no se puede dejar pasar esa oportunidad, y para tu desgracia esto no ha hecho más que comenzar"

Esas palabras fueron un puñal directo a mi orgullo, y lo peor de todo es que también lo pensaba, sabía que tenía razón y desgraciadamente esto no tenía pintas de que fuera a terminar, esto era un pueblo, aquí todo se sabe y no eran pocos los que este fin de semana habían disfrutado de los placeres carnales de mi madre, ¿Que pasaría a partir de ahora? ¿Qué fama tendría en el pueblo mi madre?, Esto se estaba escapando de nuestro control, ...