El confidente de todos (5)- la visita al pueblo - Relatos Eróticos

El confidente de todos (5)- la visita al pueblo

... leche"

Mientras decía esto su cara se desconfiguraba y empujaba un poco más para ver como su polla se perdía en el interior de ese hermoso y deseado culo.

Mamá:"arggg despacio, por favor despacio"

Abuelo:"ummmm que estrechito como me aprieta, que gusto... uffff toma zorra"

Y diciendo esto sorprendentemente el abuelo imprimió un ritmo endiablado, provocando que todo el cuerpo de mi madre se agitase, mientras el abuelo comenzaba a golpearle las nalgas provocando que estás cambiasen a un bonito color rojizo intenso.

Mi madre se aferraba a la mesa, está parecía estar a punto de romperse en cualquier momento, entonces el dueño se metió bajo mi madre de manera hábil y busco su coño, el abuelo viendo lo que su colega pretendía paro un momento, mi madre aliviada de que el abuelo parase ese ritmo aprovecho para relajarse un poco.

Momento que aprovechó el dueño para atraerla a su pecho y buscar con esa anaconda la entrada de su vagina.

Entrada que encontró con algo de dificultad, ver esa escena fue lo más, como mi madre al sentirse llena por dos pollas a la vez abría los ojos como platos, parecía que estos fueran a salirsele de las cuencas, al mismo tiempo que abría esa hermosa boquita, pero de ella no salía ningún grito ni ruido.

Ambos abuelos comenzaron poco a poco a moverse de manera rítmica.

Ver a mi madre entre esos dos hombres era lo más, pero aún quedaba un último paso, otro de los viejos se subió a la mesa, a pesar de ser una mesa recia de madera, ...

... tenía mis dudas de que está aguantase tanto, pero incomprensiblemente aguanto el peso.

El cabron de viejo cogió por la nuca a mi madre y le incrustó ese pollón en la boca, está era incapaz de chupársela, intentaba coger aire, parecía un pez boqueando fuera del agua, el viejo sin ningún tipo de consideración le incrusto toda la polla en la boca y comenzó a follarse la boca de mi dulce madre, provocando que miles de babas saliesen por la comisura de sus labios, la imagen era impresionante, nunca se me borraría de la mente, ver como todos los orificios de mi madre estaban siendo profanados al mismo tiempo, sin que está pudiese hacer nada, era simplemente delicioso, como esos abuelos podían todavía ser tan vigorosos y como habían pasado de darle placer a proferirle ese castigo final.

Y si pensaba que ya no se podrían superar, nuevamente me sorprendieron ya que el cuarto abuelo, que lógicamente también tenía ganas de participar, cogió esos pechos que tan ricamente bailaban al son de las embestidas recibidas por esos tres y comenzó a mordisquear los pezones y pellizcarlos.

Era una pasada esa imagen como cuatro abuelos estaban usando a mi madre, haciendo que está se corriese abundantemente, a chorros.

Mi madre estaba fuera de si, sus ruiditos guturales, no sabía si estaba protestando o gimiendo, su cuerpo casi no se veía, hasta que se fueron corriendo todos en el cuerpo de mi madre, su boca, culo y coño recibieron una última dosis de lefa de esos diestros abuelos.

Poco a ...