Una Buena Ocasión 1 - Relatos Eróticos

Una Buena Ocasión 1

... siguiente tenía la cabeza más espesa, y notaba un sabor raro en la boca, se sirvió un café mirando la cocina como si no le sonara, y notaba que le faltaba algo, pero miro por toda la cocina y no se acordaba que demonios buscaba. Se frotó la cara y se volvió a sentar, viendo a su hermana Berta que aparecía y se le acercaba con sus puntas de misil danzando bajo el pijama y le daba un beso diciéndole:

-¿Café solo? ¿y ese cambio?.- y Damián miro la taza y abrió los ojos al darse cuenta de lo que bebía.

Seguía algo aturdido, sin notar malo el sabor del café, pero no le quitaba ojo a ese buen par de tetas de piedra, levanto la vista y le sonrió contestándole:

-No sé, lo he probado y me gusta.- y sin pensarlo le cogió de la cintura y se la sentó en la pierna, dejandola boquiabierta y extrañada, pero ella se tomó su leche de soja frotándole el pelo, con el acariciándole la espalda.

-Cuanto cariño ¿Qué es tu santo?. - le preguntó Lucia al verlos.

-No, si ha sido Damián, le ha dado “hermanitis” ¡jajaja!. - contestó riendo al notar como le colaba la punta de dos dedos por la raja de su culo, y dando un saltito.

-¿Damián? Si me llamo Santiago. -le dijo Damián extrañado.

-¡Jajaja! ¿te vas a cambiar el nombre? ¿un poco mayorcito ya no? - le dijo Berta riendo las dos, y mirándole a los ojos notando algo diferente en él con su incursión descarada en su culo.

Damián se quedó con cara de tonto, no se acordaba bien, pero se había hecho llamar Santiago, y Berta le ...

... despego la mano de su espalda, que ya sobaba un cachete de su culo con descaro, y le dijo:

-Tío, controla esas hormonas, al final nos vas a saltar como el perro de la abuela ¡jajaja!.- y se levantó al notar que volvía a sobárselo sin hacerle ningún caso.

-Esta juventud…- dijo Berta, frotándole la cabeza al irse.

Damián estaba raro, soñaba cosas raras, y su polla empalmaba otra vez. No entendía que le pasaba, pero no sabía a quién contárselo. Sé quedó sentado hasta que las dos se fueron, y se fue a la ducha.

Ya en el “insti”, saludo a Andrea y le piropeo por su camiseta a media barriga, pero Andrea se lo agradeció sin prestar más atención. Esperaron a Fermín, y le vieron llegar corriendo, con dos matones del siguiente curso detrás de él.

-¡¿Pero que cojones?!.- exclamo yendo a su encuentro, con Andrea sorprendida de oírle hablar así.

Fermín paso por su lado mirándole extrañado por su cara de enfado, y Damián los paro y les dijo:

-¿Qué queréis una cita? Mi colega no es gay.- y les dio un bofetón a cada uno muy rápido, dejándolos atontados y sorprendidos de la rapidez.

-¡¿Pero tú, de que vas?- le dijo el más valiente intentando darle un puñetazo, pero llevándose el uno, esquivando el suyo sin problemas.

-¡Que no quiere nada con vosotras! ¡Plash! ¡Plash!.- les dijo volviendo a abofetearles, y viendo cómo se iban asustados por las tortas que se habían llevado sin verlas venir, mirándole atemorizados.

Toda la gente reía, y Damián no entendía nada, pero ...