Mi sobrina me domina
Fecha: 27/01/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: VictoriaSG, Fuente: TodoRelatos
Es malo que la gente tenga una imagen errónea de ti, pero resulta peor que tienen la correcta. Cuando todo el mundo sabe cómo eres pueden explotar tus debilidades y aprovecharse de ti. En mi caso, se sabía que era blando, que costaba muy poco convencerme para que cediera, así que cualquiera podía aprovecharse de mí sin demasiado esfuerzo.
El primero que sacó partido de la bondad que me caracterizaba fue mi hermano mayor, Jandro. Tenía diez años más que yo, así que cuando nací seguía siendo un niño, pero su capacidad para hacer maldades era la de un adulto curtido en mil batallas. Aunque había algo en lo que su ingenio se superaba todavía más: en hacer que yo cargara con la culpa de todo.
Durante mis primeros años se dedicaba a destrozar todo a su alcance sin el más mínimo pudor, sabiendo que solo con decir que había sido yo se libraría de cualquier castigo. En aquella época no me enteraba de nada, pero con el tiempo empecé a padecer por esa manía que tenía Jandro de querer salirse siempre con la suya.
Por suerte, mi hermano llegó a la adolescencia y yo, más que en una víctima, me convertí en un aliado necesario para él. En ocasiones me tocaba cubrirlo cuando se escapaba, evitando que nuestros padres se acercaran a su habitación para comprobar que no estaba. También tenía que mentir si se traía chicas a casa mientras se suponía que me estaba vigilando a mí.
Dadas las circunstancias, lo normal hubiese sido que acabara odiando a mi hermano, pero la realidad era que ...
... no podía evitar admirarlo. Tenía un montón de amigos, todos muy molones, y salía con muchas chicas, algo que empezaba a llamar mi atención. Aunque jamás se lo confesara, pensaba que de mayor quería ser como él.
Pero poco tardé en darme cuenta de que eso no iba a ser posible. Mientras que Jandro era un bromista extrovertido, yo me estaba convirtiendo en una persona tímida a la que le costaba relacionarse con todo el mundo. Él era el único con el que tenía confianza, aunque no suficiente para contarle según qué cosas, porque sabía que se iba a reír de mí.
Nuestra relación comenzó a cambiar cuando fui yo el que llegó a la adolescencia. No es que de repente comenzara a respetarme, lo que sucedió fue que Jandro se enamoró y eso, de alguna manera, lo comenzó a humanizar. Seguía aprovechándose de mí siempre que tenía ocasión, pero al menos ya me hablaba casi como a un igual.
- Cabezón, ¿puedo confiar en ti?
- Lo has hecho siempre para que te cubra en tus maldades.
- Pero esto es diferente, te hablo de algo importante.
- Miedo me da...
- Arancha está embarazada.
- ¿Quién?
- Mi novia.
- ¿Y por qué sales con una tía que está preñada?
- Porque el bebé es mío, idiota.
- ¡Venga ya! ¿Cómo vas a ser tú padre?
- ¿Qué pasa?
- Pues que todavía no has aprendido ni a ser hermano.
- Qué feo eso que me has dicho, Rui.
- Es la verdad.
- Todo lo que sabes de chicas lo has aprendido de mí.
- Debe ser por eso por lo que ninguna me habla.
- Bueno, ...