1. El nuevo maestro del pueblo (7)


    Fecha: 28/01/2025, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Alfonso, Fuente: TodoRelatos

    ... edad tiene? – me acordé en ese momento de que no me pagarían por follarme a una tía joven y buenorra.
    
    - Sesenta y cuatro, pero se conserva bien.
    
    Joder, ya me había follado a una abuela de esa edad, pero tampoco era algo para repetir. Y lo de conservarse bien, tendría que verlo. Seguro que era un puto cayo.
    
    - Si le gustan jóvenes, seguro que tiene más opciones en la capital. – estaba algo ofuscado y contesté en plan borde.
    
    - No quiere gigolos, ni tampoco que la vean en la ciudad con chicos jóvenes. Tan solo quiere pasar un buen rato con un chico normal, y ahí entras tu. Le he comentado que eras el nuevo maestro del pueblo, y que además te iban las tías de cierta edad.
    
    - Que me haya tirado a alguna mayorcita no significa que me gusten mayores.
    
    - Por eso te pago un buen extra, para que te gusten. Se acabó la discusión. Ponte esa ropa interior que también te he comprado.
    
    - Pero esto… es un tanga! – exclamé indignado.
    
    - En caso de que te tengas que quitar la ropa le gustara ver como lo rellenas. Ahora vendrá Elena para acompañarte al salón donde vamos a cenar. Date prisa.
    
    Se volvió a marchar mientras me quedé resoplando como un toro enfurecido. Ya no era solo acostarme con quien ella me dijera, también tenía que vestir como a ella se le antojase. Volví a pensar en la pasta que me iba a llevar y me serené. Me calcé el puto tanga, que además era de leopardo, y me puse los pantalones de nuevo. Al momento apareció Elena.
    
    - Si el señor está le acompañare ...
    ... al salón.
    
    Esa muchacha sí que no perdía la serenidad. Su comportamiento era intachable. La seguí por el amplio pasillo y entramos al salón donde ya estaban los condes y la citada Patricia. Genoveva hizo las presentaciones y pude sentir la mirada penetrante de Patricia escrutando todo mi cuerpo cuando nos dimos la mano.
    
    Iba con un traje discreto que no llamaba demasiado la atención. Era relativamente alta y esbelta, y las tetas se le marcaban elevadas, seguramente por el tipo de sujetador. Poco culo, o por lo menos eso me pareció con ese vestido. Tampoco era guapa de cara, vamos, del montón, con una nariz bastante pronunciada por encima de una boca extensa que parecía llegarle de oreja a oreja. Los labios demasiados gruesos para esa cara alargada, llegué a pensar si se los habría operado.
    
    Casi no habíamos acabado los saludos cuando el conde refunfuñó exigiendo la cena. Nos sentamos con rapidez y Elena la sirvió. La mayoría de la conversación fue entre ellas, hasta que Patricia comenzó a preguntarme por mi nuevo trabajo. Su voz era suave, pero autoritaria. La verborrea de ser política se le notaba por su desparpajo. Sabia ser seria a la vez que simpática, y llegó a hacer un par de chistes, la verdad es que me cayó bien en ese primer momento. No se cortó al preguntarme por mi vida personal a la vez que contaba parte de la suya, vamos lo que quería contar. Me acabó sacando con su lenguaje agradable y distendido que había estado con unas cuantas tías, y sin saber cómo, ...
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