Proyecto Imperium: Un Hermano Controlador - Relatos Eróticos

Proyecto Imperium: Un Hermano Controlador

... Alfonso de momento.

El cirujano de la operación, se llama Eduardo del Corral, era una auténtica estrella, cualquier hospital del mundo hubiese estado feliz de recibirle en sus quirófanos, pero él dejo de operar para dedicarse de lleno a la investigación. Y cuando de repente reaparece, esperarías que fuese para tratar a un rey, a un presidente, algún personaje vip, no un pelagatos como Alfonso.

Te he seguido José Luis, tu empresa iba bien, una cartera de clientes sólida y una política de crecimiento con escasos riesgos, todo muy tranquilo y sosegado. De repente cambio radical, te endeudas tú y endeudas a tu empresa para meterte en una empresa de nanotecnología, algo de lo que no tienes ni la más remota idea.

Entonces tienes a tu empresa sin dinero y las cosas tienen muy mal aspecto, pero consigues firmar un gran contrato, casualmente después de colocar a Alfonso como chofer de la directora de la empresa cliente.

Todo esto se tiene que relacionar de alguna forma que se me escapa, explícamelo José Luis.

— No veo nada que pueda resultar de tu interés, estás perdiendo el tiempo intentando encontrar algo que no existe.

— Mi familia tiene acciones en la empresa de tu último contrato, podría convencer a la junta de que lo rescindieran y entonces tendrías problemas financieros serios.

— Estamos haciendo un buen trabajo no tienes motivos para finalizar el contrato, te llevaría a juicio y pagarías igual.

— Aunque ganases en los tribunales, te puedo tener años ...

... de pleitos y nadie te contrataría. Nada te libraría de la ruina.

— Creo que esta reunión termina aquí, no toleró que nadie me amenace y menos en mi propia oficina. — José Luis se levantó de su butaca y le señaló la puerta.

— Aquí pasa algo raro, yo tengo intuición para estas cosas y lo notó. Tarde o temprano lo voy a averiguar José Luis, no podrás impedirlo.

Pelayo se levantó se quedó mirando a José unos segundos como esperando que le dijese algo, José Luis le mantuvo la mirada sin inmutarse, ante la falta de respuesta se encogió de hombros y se marchó.

Apenas se cerró la puerta del despacho abrió el armario que estaba detrás de su sillón y sacó la botella de whisky que tenía allí guardada, estaba sirviéndose un vaso bastante generoso cuando entro Sofía, su secretaria.

— Parece que la reunión ha sido dura.

— Ni te lo imaginas, llama a Genaro y dile que esta tarde necesito quedar con él, pero fuera de aquí. — Genaro el jefe de la agencia de detectives, además de amigo personal estaba en una relación con Sofía — Siento si os estoy fastidiando algún plan que ya tuvieseis.

— No pasa nada, no creo que le ocupes toda la noche. — Contestó Sofía con una pícara sonrisa.

Al salir del trabajo Genaro ya le estaba esperando, en su bar de confianza y con dos jarras de cerveza enfrente José Luis le contó la visita que había tenido por la mañana y la conversación que habían mantenido.

— La conclusión de lo que me estás contando es muy simple, tienes un problema, un ...