Proyecto Imperium: Un Hermano Controlador - Relatos Eróticos

Proyecto Imperium: Un Hermano Controlador

... desactivaste los nanobots que tenía implantados. Creó que si Pelayo supiese que la habíamos inoculado, que nos diese un tiro sería lo mejor que nos podría pasar.

En el exterior de la cafetería había una furgoneta negra con los cristales tintados, un hombre moreno hablaba por teléfono.

— Están los dos dentro jefe ¿Qué hacemos?

Cortó la llamada y se dirigió a su compañero.

— Nos llevamos a los dos, ya sabes, salimos y nos los traemos a la furgo sin montar escándalo, si alguno se resiste dale una descarga.

Los dos hombres repasaron la carga de sus pistolas eléctricas, no pensaban tener que usarlas, pero mejor estar preparados. Los dos eran altos y fuertes, normalmente su mera presencia era suficiente para intimidar a cualquiera. En ese momento el moreno golpeo con el codo a su compañero, sus objetivos estaban saliendo de la cafetería.

Alfonso iba ensimismado en sus pensamientos, no le había contado a José Luis toda la verdad. Le daba miedo hacerlo y que supiera que había traicionado su confianza, cuando aquellos dos tipos se les pusieron delante se sobresaltó.

— Haced el favor de acompañarnos, alguien quiere hablar con vosotros.

— Nosotros no queremos hablar con nadie, gracias.

— No es una invitación. — El moreno abrió la chaqueta que llevaba puesta mostrando un artilugio de plástico. José Luis sabía lo que era un taser, aquel cacharro podía dar un calambrazo muy doloroso y paralizar sus músculos — vais a venir de una manera u otra, no compliquéis ...

... las cosas.

Alfonso los había estado evaluando, eran altos y parecían estar en forma, sólo necesitaba un momento, ganar una pequeña ventaja, no pedía nada más.

— No voy a ir con vosotros, me da igual lo que digas. — José Luis se dio la vuelta y se preparó para marcharse, el moreno le sujetó por un brazo impidiéndoselo.

A partir de ahí todo paso muy rápido, el otro hombre desvió la mirada de Alfonso un momento. El chico lanzó el puño derecho con todas sus fuerzas, se estrelló satisfactoriamente contra la mandíbula de su desprevenido oponente que cayó al suelo como un fardo.

El moreno vio caer a su compañero e hizo intención de girarse, no pudo. José Luis le sujeto por los hombros y le dio un rodillazo en las pelotas con todas sus fuerzas.

Viendo a sus dos oponentes fuera de combate por el momento y el grupo de gente que se estaba acumulando alrededor, Alfonso y José Luis se alejaron a toda prisa. El joven se subió en su coche y marchó a la oficina mientras José subía a su despacho.

Alfonso aparcó el coche en el sótano del edificio donde trabajaba, cuando José Luis le había llamado para hablar nunca pensó que la cosa estuviese tan mal, los recuerdos del fin de semana ocuparon rápidamente su mente. Nunca pensó que el hermano de Alejandra llegase hasta ese punto cuando estaba con la mujer.

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Oscar se había marchado a media tarde, se había puesto un traje bastante elegante que evidentemente estaba hecho a su medida y disimulaba bastante la prominente ...