La llamada - Relatos Eróticos

La llamada

... profundas mientras tu abres cada vez más tu coño para que entre todo. Siento que me vengo. Te lo digo “Me corro”. “Síiiii… yo también me corro!” gritas quedamente en mi oído. “Aprieta el coño, cómeme el rabo con él”, te digo. Y siento cómo las paredes vaginales estrujan mi polla mientras te adelantas como si me lo chuparas con el coño. No puedo resistirlo, Comienzan los espasmos. Me corro. Noto que tú también tienes espasmos y lanzas algún gritito “Síiiii, me corroooo”. Nos quedamos inmóviles un rato.

Qué, te ha gustado, cuñada? No has dicho ni mu en todo el rato.

– Uff! Me he corrido de verdad, ahora mismo. Me he estado tocando y me he hecho una paja enorme. Me he corrido a lo bestia.

– Jajaja… no me jodas. ¿En silencio? ¿Has aguantado en silencio todo el rato? Podías haberme dicho algo.

– No he podido, perdona. He empezado a calentarme y no quería cortarte. Y me daba un poco de vergüenza estar masturbándome con lo que me contabas. He estado con los ojos cerrados e imaginándome totalmente la escena. La he vivido como si fuera real. Ha sido estupendo.

– ¿Y qué tal el orgasmo, te ha gustado?

– Ha sido perfecto, estoy como si acabara de echar un polvo, la verdad. Hacía mucho tiempo que no estaba tan caliente y me corría tan a gusto.

– Qué bien, me encanta oírte. Ese era el propósito de mi propuesta, que tuviéramos una experiencia sexual agradable y nueva.

– Me ha encantado, cuñado. Me he quedado súper relajada.

– Vale, pues vamos a dejarlo aquí, que ya es un poco tarde y no conviene agotarnos el primer día. ¿Te apetece que volvamos a repetirlo?

– Me encantaría. Y esta vez me gustaría que te corrieras también tú.

– Sin duda. La próxima llamada vas a ser tú la que me cuente la fantasía, así que ves preparándote...