1. El hombre de la Casa 10: Confirmación


    Fecha: 31/01/2025, Categorías: Incesto Autor: Kurosko, Fuente: TodoRelatos

    Después de eso, el bajón fue brutal. Raquel se fue a trabajar al día siguiente y dijo que después de su turno, iría a pedir informes de “cursos extras” en el teatro, me pareció que lo que quería era dejar de pasar tanto tiempo en casa. Por su parte, mamá y Julia, totalmente ajenas a lo que estaba pasando, se alegraron por ella.
    
    —¡Qué bueno que quieras ir más allá de las clases, cariño! Yo también voy a buscar un gimnasio cerca del trabajo hoy, a ver si así me pongo en forma otra vez.
    
    Después de una serie de comentarios de lo bien que se veía aun sin hacer ejercicio por parte de todos y terminar su desayuno, las tres se fueron. Estaba acostumbrado a estar solo en casa, pero simplemente, esa vez sentí un vacío más grande cuando la puerta se cerró.
    
    No me esperaba a Raquel temprano ese día y definitivamente, no me esperaba que se quitara la ropa tan pronto hubiera cerrado la puerta.
    
    —¿Qué? —preguntó al ver mi cara de asombro—. En serio me siento más cómoda así. Deberías intentarlo también.
    
    Tomó sus cosas y las fue a dejar a su cuarto antes de bajar a la sala y sentarse a lado mío en el sillón. Yo estaba viendo una serie, estaba concentrado en la trama del episodio, pese a tener a mi hermana menor sin ropa a escasos centímetros. Los créditos empezaron a correr en pantalla y, tras pedirle alguna sugerencia para ver, pusimos una película en la por entonces novedosa aplicación de Netflix. Tras media hora, ella se acomodó en mi regazo. En ese momento, me percaté de que ...
    ... aquella era una intimidad totalmente distinta a lo que habíamos experimentado hasta entonces. Me hizo recordar aquellos días en los que solamente tonteábamos antes de tener sexo por primera vez.
    
    Instintivamente, mi mano terminó resbalando de su cadera hacia su culo, ella se acurrucó y continuamos viendo la pantalla. Conforme se proyectaba el clímax de la cinta y la música presagiaba el final, sus dedos empezaron a hacer círculos sobre la tela de mis pantalones. Respondí haciendo lo mismo sobre su nalga y ella se puso boca arriba.
    
    —Ya te habías tardado —sonaba somnolienta.
    
    —Creí que no querías —le respondí sin dejar de ver la pantalla.
    
    —Yo también, pero estar sin ropa en la sala me prende aunque no quiera.
    
    Mis dedos empezaron a sobar su pubis, apenas alcanzaban el punto donde sus labios se bifurcaban. Empecé a hacer círculos alrededor de su clítoris, rozándolo ocasionalmente al mismo tiempo que mi otra mano daba vueltas sobre su cabello sobre mi regazo. Tanto ella como yo estábamos tranquilos, como cansados, y ni ella se acomodó o intentó abrir el cierre de mi pantalón ni yo tenía ganas de levantarme y comerle la papaya. Era una situación extraña, estábamos calenturientos pero desanimados.
    
    —No me gusta sentirme así, Luís —dijo de repente, mientras se giraba para apoyarse sobre sus brazos—. ¿No puedes hacer algo?
    
    —¿Hacer algo? ¿Como qué?
    
    —No sé… si me vuelves a hipnotizar… ¿podrías hacer algo para que no me sienta así?
    
    —¿A qué te refieres?
    
    —Esto… ...
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