1. El hombre de la Casa 10: Confirmación


    Fecha: 31/01/2025, Categorías: Incesto Autor: Kurosko, Fuente: TodoRelatos

    ... los puños fruncidos con fuerza sobre el pecho para no dejar de cubrirse con el mantel.
    
    —Raquel está usando pastillas —dije en un intento de apaciguar las cosas.
    
    —¿Y tú? —dijo mirándome con los ojos desorbitados—. ¿No pensaron en usar condón? Una amiga usa pastillas y le hacen retener líquidos, quién sabe lo que podrían estar haciéndote por dentro —se dirigió a Raquel.
    
    —Hasta el momento no he tenido efectos secundarios, Julia —dijo ella con lágrimas en los ojos, como pidiéndole piedad a un verdugo.
    
    —No importa. Esto está mal y ambos lo saben. ¡Luís, tú lo sabes!
    
    Su mirada era penetrante y más allá de sus palabras, entendí a lo que se refería. Ella de seguro sospechaba que todo aquello había sido por hipnotizar a Raquel, el aire empezaba a ser difícil de respirar.
    
    —Después de lo que escuché, creo que es mejor que lo intentes, Luís. Hipnotiza a Raquel y quítale esos pensamientos de una buena vez. No es sano ni para ella ni para ti, para nadie. Es lo mejor.
    
    Ninguna mirada de cachorro ni argumento iban a servir. Después de todo, creo que no sólo Raquel respetaba más la autoridad de Julia por encima de la de mamá. Sus palabras fueron una orden para ambos y en unos minutos, estábamos en el cuarto de Raquel. Ella ya se había vestido y las lágrimas todavía le brotaban mientras Julia sostenía su mano.
    
    —Todo va a salir bien, dices que Luís ya te ayudó así antes. Es lo mejor para los dos, piensa en tu futuro y si no, en el de él.
    
    Nuestras miradas se cruzaron y ...
    ... un trago amargo de hiel me cerró la garganta por unos instantes. La mayor retrocedió y empecé el proceso. Habían pasado meses desde la última vez que lo habíamos hecho, le tomó más tiempo por estar nerviosa, pero al final, entró en el estado. Tras comprobar que estaba siendo receptiva, le di la indicación de que dejara de sentirse sexualmente atraída a mí. Mi corazón se desmoronaba mientras la oía recitar las instrucciones.
    
    —¡Guau! Así que es verdad que la hipnotizaste.
    
    —N-no… Yo no le obligué a hacer nada —mentí, poniéndome de inmediato a la defensiva—. La hipnosis son sólo sugestión, no puedo hacer que la gente haga algo que no quiere hacer —aquellas palabras… hacía mucho que no las decía.
    
    —¿Estás diciéndome que ella se enamoró de ti nada más porque sí? —preguntó retóricamente, aquellas palabras se sentían como una puñalada. Era obvio que ella no me creía ni un poquito—. Que Raquel pasó, de ser una niña completamente normal, a convertirse una ninfómana enamorada del hermano que la hipnotizó, ¿te parece algo normal? ¡Vamos, Luís! No me chupo el dedo.
    
    Escucharla decir todo eso con total seriedad era aún más hiriente que la vez que mamá se la pasó toda una noche regañándome en el hotel. Había algo en que fuera Julia la que estuviera diciéndome todo eso que convertía todo en algo más intenso que cualquier castigo físico, me hacía sentir como un gusano en el lodo. Supongo que el remordimiento de decepcionarla era peor que el hacerla enojar a ella o a mamá, y aquello ...
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