El Príncipe y la Periodista 14 - Placeres - Relatos Eróticos

El Príncipe y la Periodista 14 - Placeres

... piscina gritando y maldiciendo, pero cuando lo hago no veo ni rastro de Bungami, suponía que Lady Stephanie le habría informado de todo, pero no esperaba que me lo dijese tan claramente, aunque rápidamente se pasa mi enfado, al darme cuenta de que es a Rose a quien se ha follado, no a la esclava Ginger.

Cuando se me pasa el enfado me tumbo sobre la cama donde me ha follado Bungami y miro al cielo con la respiración todavía agitada. Apenas son las seis de la tarde, y desde que me he despertado he follado con Lady Nabila, Lady Stephanie y Bungami, perdiendo la cuenta de los orgasmos que he tenido, eso sin contar que Caleb me azotó y luego me masturbó. Por suerte en un par de horas emprendemos viaje hacia los campamentos de las Tribus, y acamparemos en un pequeño oasis en medio del desierto antes de llegar allí.

Al regresar al interior del harem, escucho unos sonidos, y al acercarme para ver que ocurre, me encuentro a Teresa abierta de piernas jugando con un consolador en su coño, me acerco en silencio hasta que estoy lo suficiente cerca para darle una ligera patada en la mano con que se está masturbando.

“Lo siento Lady Rose, sé que Lady Stephanie me ha prohibido masturbarme, castígueme si lo desea pero no se lo diga;” me dice arrodillándose a mis pies.

No sabía que Lady Stephanie le había prohibido masturbarse, pero pienso aprovecharme de la situación. Me siento bien al ver como Teresa se humilla ante mí, y más yendo disfrazada como Ginger, miro al suelo ...

... alrededor de Teresa y veo varios juguetes tirados, entre ellos un tapón anal de considerable tamaño.

“Ponte a cuatro patas;” le ordeno cogiendo el tapón y llevándolo a mi boca para lubricarlo. Al acercarlo a mi boca descubro que soy incapaz de meter apenas la punta y decido lamerlo con la lengua.

Después de unos segundos lo coloco en la entrada del culo de Teresa, que aunque sé que no es virgen es bastante estrecha, en cuanto comienzo a introducirlo el cuerpo de Teresa se tensa y comienza a sollozar.

“Por favor Lady Rose, es demasiado grande y no estoy bien lubricada;” me dice entre lágrimas.

Veo en el suelo un bote de aceite y lo vierto por completo en su culo y sobre el consolador, cuando lo vuelvo a empujar comienza a entrar con más facilidad en el culo de Teresa.

Tardo casi quince minutos en lograr que el tapón esté fijado en el culo de Teresa y mientras se aleja andando de forma rara debido al enorme tapón, no puedo evitar preguntarme si sera más fácil retirarlo de lo que ha sido introducirlo.

Al entrar al harem descubro a Lady Nabila esperándome acompañada de Rina, a su lado hay una camilla y un carro médico con varios instrumentos.

(punto de vista de Lady Nabila)

A pesar de haberle dicho a Lady Stephanie que partía de inmediato al desierto, no lo he hecho y no sé por qué. De la misma manera que no sé por qué me he ofrecido para colocarle los piercings a Rose, cualquiera de las esclavas del palacio podría haberlo hecho perfectamente.

Lo tengo todo ...