Las obsesiones inconfesables de mi hijo (FINAL) - Relatos Eróticos

Las obsesiones inconfesables de mi hijo (FINAL)

... necesario- sonreí nerviosamente ante la situación.

Antes de que terminara la frase, mi hijo se desabrochó y bajó el pantalón junto a su bóxer soltando como un resorte la polla erecta, apuntando hacia arriba.

Me sonrojé nerviosamente pero no pude evitar quedarme hipnotizada por el tamaño del vástago de mi hijo, la había visto en otras ocasiones pero en aquellas circunstancias, no me parecía adecuado.

- ¿Te gusta lo que ves? Di con sinceridad lo que de verdad piensas- me preguntó Raquel desviando la mirada hacia mí para comprobar la reacción.

Un leve movimiento afirmativo de mi cabeza, observando fijamente el falo de mi hijo cimbrearse, fue toda respuesta que pude dar a la vez que me mordía los labios.

- Pálpala con los dedos y defíneme lo que sientes y tocas- continuó dándome órdenes.

Con reticencia estiré mi brazo y mis dedos palparon el vástago de mi retoño lo que provocó una sacudida en el cuerpo de Luís. Desvié la vista hacia su cara que era reflejo de la excitación mientras cerraba sus ojos.

Me sentía hipnotizada por completo, mi cuerpo estaba abandonado al momento.

- Excitación, calor, humedad – respondí.

- Es suave, cálida, dura- continué mientras me sentía completamente turbada y mis dedos recorrían suavemente el tronco hasta llegar a su glande y acariciarlo con mi dedo índice con círculos suaves.

- Dime la verdad, Laura, ¿Te has masturbado pensando en tu hijo?-

Cerré los ojos, me parecía demasiado atrevido decir la verdad, pero ...

... estábamos allí para intentar poner fin a la situación obsesiva de mi hijo.

- Sí- respondí al final atrevidamente.

- ¿Y disfrutaste haciéndolo?

- Sí.

- ¿Estás excitada ahora?- continuó Raquel.

- Sí.

- Luís, siéntate al lado de tu madre. ¿Te gustaría comprobar el grado de excitación de ella?

Me sentía nerviosa, miré alternativamente a Raquel que permanecía impasible tomando notas y a mi hijo que no sabía muy bien que responder pero notaba como su polla palpitaba con más energía.

- Bueno..-unos segundos de silencio, como reflexionando lo que decir- sí- termino por afirmar.

Mi hijo se sentó a mi lado, con la polla completamente en erección notaba su respiración alterada observándome. Abrí las piernas arremangándome el vestido y guié la mano de mi hijo a mis muslos, era la primera vez que me tocaba, sus manos suaves y cálidas me llevaban a un éxtasis desconocido, subió sus manos hasta mi entrepierna empezando a masajearme torpemente pero el contacto hizo que arqueara mis caderas hacia adelante, sus dedos se humedecieron al contacto con mi coño.

Sentí que perdía el control y puse mi mano izquierda en su vástago procediendo a una masturbación mutua, observaba su polla dura y palpitando entre mis dedos mientras sus dedos frotaban cada vez con más frenesí mi coño, los gemidos empezaron aumentar el ritmo, ante la presencia de aquella desconocida que no perdía detalle.

- Bájale la hombrera del vestido..¿te gustaría mamar del pecho de mamá?- le preguntó ...