Mi Vecino Superdotado [16]
Fecha: 03/02/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Nokomi, Fuente: TodoRelatos
... cualquier momento.
«Nada de eso —dijo Paulina—. Malik, mostrale a esta putita lo que sos capaz de hacer».
«No, Malik… por favor —suplicó Silvana—. No me entra todo eso. Te lo juro».
«Lo siento mucho —dijo el senegalés—. Yo solo estoy obedeciendo las órdenes de Paulina. Después te las arreglarás con ella».
«¡Auch! —Silvana gritó cuando la verga comenzó a moverse a mayor velocidad, provocando que con cada embestida fuera un poco más adentro—. ¡Auch! ¡Auch! Ya vas a ver, hija de puta. Esta me la vas a pagar… uff… dios, qué bien chupás concha. Cómo te odio».
A Renzo no le pareció que realmente la odiara. Daba la impresión de que, a pesar del sufrimiento, Silvana se lo estaba pasando muy bien. Meneaba la cintura con sensualidad, provocando que sus nalgas se abran y se cierren con cada movimiento. Malik no parecía tener intenciones de detenerse y Paulina estaba muy concentrada chupándole el clítoris. Los gemidos de Silvana del video hicieron eco con los gemidos de la Silvana que se masturbaba mientras miraba la escena. Renzo tenía la garganta seca y parecía haberse olvidado de cómo respirar.
«Carajo… está entrando. Está entrando. Dios, no lo puedo creer».
Silvana decía la verdad. La gran verga de Malik parecía estar realizando un truco de magia imposible, desapareciendo dentro de esa concha apretada… que no dejaba de abrirse. Tres cuartas parte de la longitud total ya la habían invadido. El miembro del senegalés salía cubierto de flujos blancuzcos y Paulina ...
... los recolectaba con su lengua.
—¿Te acabó adentro?
—Eso no es semen, Renzo. Es que a veces, cuando me caliento mucho, me sale como una espumita blanca de la concha.
—¿Ah si? Nunca lo vi.
Se sintió una estúpida al confesar eso. Era cierto. Su novio nunca había conseguido excitarla tanto como para que esa espumita sexual se hiciera presente.
—Igual no me pasa siempre —intentó arreglarlo—. Creo que es un poquito arbitrario. A veces pasa, a veces no.
—Mmmm… ajá…
Sabía que con esa respuesta no convencería a su novio; pero era mejor que quedarse callada.
«Metele, hasta que la concha le quede bien abierta», pidió Paulina.
«Pero no toda, por favor. Toda no. Es demasiado grande. Hasta ahí está bien».
Una vez más Renzo sintió que el estómago le daba un vuelco. Su novia tendría que haberse negado. Tendría que haber detenido esa locura en ese preciso instante. Aún así, se mostró bien dispuesta a recibir la verga de Malik. Completa o no, el negro le estaba metiendo un buen pedazo. Mucho más de lo que él podría darle. De todas maneras, seguía sintiendo un extraño respeto por Malik. Como si una voz dentro de su mente dijera: “Amigo, te felicito por tener semejante pija”.
Lo que no le gustaba nada era que esa pija hubiera estado dentro de su novia. Esa espumita blanca de la concha se hizo cada vez más abundante.
«Si querés ver cómo me la meten, entonces chupá bien… puta».
Las palabras de aliento de Silvana fueron música para los oídos de Paulina, quien le ...