De adolescencia, amor y sexo
Fecha: 24/02/2025,
Categorías:
Hetero
Autor: Pieldemanzana, Fuente: TodoRelatos
... a mi lado, los brazos tras la cabeza, su mirada en el cielo. Sus ojos oscuros parecían tener brillo propio con el sol dándoles. Yo seguí sentada, mis piernas recogidas contra el pecho, cuidando de que mi falda no mostrara más de lo debido.
Me moría por besarlo, debo de confesar, pero me reprimía. Comenzamos una charla intrascendente, como dándonos tiempo para llegar a más profundidad. El sol calentaba lo justo, sin quemar, y una brisa suave hacia moverse los pinos a nuestro alrededor. De vez en cuando el sonido de algún pájaro nos llegaba del pinar. La tarde invitaba a estar alli.
Después de un rato hablando se incorporó junto a mí. Se quedó mirándome directamente a los ojos. Yo me noté nerviosa, presentía que me besaría en cualquier momento. Y el momento llegó. Se aproximo a mí, cerré los ojos y sentí su boca estrellarse contra la mía. Su boca se entreabrió un poco y su lengua jugo con mis labios. Yo no sabía bien qué hacer. Supuse que tenía que imitarlo, abrí mi boca y saqué la lengua lo justo como para rozar la suya. Sus manos en mi cintura me apretaron contra él. Ahora su lengua entró en tromba en mi boca, nuestras salivas se juntaron alli y sentí que mis piernas temblaban. Menos mal que estaba sentada, si hubiese estado de pie creo que no me hubiesen aguantado.
Me besó, nos besamos, largamente. El mundo se había detenido a mi alrededor, solo existía aquella boca y aquellas manos en mi cintura. Las mias sobre sus hombros.
Me empujó delicadamente hasta dejarme ...
... tumbada sobre la manta, su cuerpo se pegó al mío. Mi mente daba vueltas, mi estomago también. Me sentía extraña, muy extraña. Su boca seguía besándome como con ansias, ansias que yo devolvía en cada nuevo encuentro. Note mis pechos contra el suyo, me sentía flotar. Su mano en mi vientre, las mias en su espalda.
Noté algo duro contra mi muslo, supe al instante que él estaba muy excitado, quizás tanto como yo, pero no sabía más. Solo dejaba de besarlo para separarlo un poco y hundirme en aquellos ojos. De nuevo su lengua en mi boca y la mía en la suya. Nuestras salivas resbalaban por las comisuras de los labios.
Noté como mis braguitas se humedecían, constataba que me estaba excitando sexualmente, aquello que mis amigas tantas veces me habían comentado y nunca experimenté, pese a ya si saber lo que era la masturbación, pero nunca al sentir un chico contra ti. Nunca antes me había sentido asi. Mi respiración agitada, mis manos temblando, mis pechos tremendamente duros, casi dolorosamente duros. Y aquella cosa dura contra mi muslo me excitaba aún más.
Sentí su mano resbalar hasta casi alcanzar mi pecho, se quedó alli, a unos centímetros de ellos, rozando mi sujetador, demasiado cerca según mi educación y demasiado lejos según mis instintos. Mi mano resbaló por su espalda e instintivamente me pegue más a él cuando su mano tomo mi pecho y lo apretó suavemente. Un gemido escapo de mi garganta. No lo rechace, me dejé acariciar, era muy agradable sentirlo asi.
Sentí como ...