Después de montar a caballo, el caballerango me montó.
Fecha: 25/02/2025,
Categorías:
Dominación / BDSM,
Gays
Autor: Martehijodejupiter, Fuente: SexoSinTabues30
... cuerpo, y el mío se puede decir que eran uno solo.
Por un rato permaneció sin moverse, hasta que yo después de sentir esa mezcla de extraño y sabroso dolor, comencé por iniciativa propia a mover mis nalgas.
Suavemente al principio, pero a medida que él también comenzó a moverse, metiendo y sacando casi todo su miembro de mi cuerpo.
Los movimientos de mis caderas fueron más bruscos y prolongados, con ello el placer que estaba comenzando a sentir, era algo prácticamente indescriptible.
A medida que tanto él como yo nos movíamos, de manera divina, él me continuó hablando, diciéndome. “Tienes un culto divino, no sabes desde hace cuánto tiempo, que estoy antojado del.”
No tan solo las cosas que me seguía diciendo, sino la manera en que me las decía, al tiempo que deliciosamente me agarraba las nalgas, el pecho y mi cabeza.
El estar entre sus brazos, era algo en lo que jamás había pensado hasta esos momentos, pero que feliz me estaba haciendo sentir era algo indudable.
Casi sosteniéndome entre sus brazos, me retiró del potro, que ya comenzaba a ponerse algo nervioso.
Con toda su calma, me condujo a una de las jaulas que se encontraba vacía, donde ya los dos tirados sobre el heno, continuábamos intensamente nuestra relación.
En cierto momento, sacó todo su miembro de mi cuerpo, mientras que yo, me quedé recostado sobre el heno recién cambiado, observando su miembro entre sus dedos, y aun bastante deseoso de que él continuase metiéndomelo.
Luego me tomó ...
... por los tobillos y al mismo tiempo que me las levantaba, hizo que separase las piernas.
Tras lo cual no tan solo volví a sentir, como enterrar dentro de mi cuerpo, su buen pedazo de carne, sino que pude ver con toda claridad como lo hacía.
Para mí fue algo casi delirante, no tan solo sentirlo, sino que verlo de manera tan clara, casi no podía creer que mi apretado culito se tragase todo eso.
Mientras me deleitaba moviendo mis caderas y restregándolas contra su cuerpo, él se dedicaba al mismo tiempo a seguir manoseando mis nalgas.
Pero de tal manera que me hacía sentir en la gloria, por un buen y largo rato, continuó metiendo y sacando su verga de mi culo, al tiempo que continuaba diciéndome lo sabroso que yo lo tenía, y el tiempo que había deseado clavarme su verga.
Hasta que finalmente sus movimientos aceleraron, y sus apretones fueron más y más fuertes, hasta que se vino por completo dentro de mí.
Después de eso yo me quedé tirado sobre el heno, él sacó su verga de mi culo y tras levantarse salió de la jaula, escuché a lo lejos como el agua de la manguera comenzaba a correr y a los pocos minutos, sentí que él se encontraba nuevamente a mi lado.
Me miró a los ojos, y como si yo hubiera podido leer su mente o él hablarle a la mía supe, que deseaba que se lo mamase.
Por lo que sin asco alguno cuando tuve su mustia verga al alcance de mi boca, comencé por lamerle su colorada cabezota primero, en cosa de segundos se volvió a tonificar por completo, para ...