Después de montar a caballo, el caballerango me montó. - Relatos Eróticos

Después de montar a caballo, el caballerango me montó.

... luego sin detenerme continuar chupando todo aquello que me cabía en la boca.

Él se recostó sobre el heno y fui yo quien prácticamente arrodillado a un lado de él, continuaba chupando, mamando y lamiendo toda su inmensa verga.

Así estuve por un buen rato, hasta que colocó sus manos sobre mi cabeza, y con ellas fue guiando mi cabeza, y acelerando los movimientos hasta que sentí ese chorro de su semen invadiendo mi boca, no quedándome más remedio que terminar de tragármelo por completo.

Yo estaba completamente desnudo, agotado, sudado, oloroso a sexo, mi ano, me palpitaba, y en parte me comencé a sentir avergonzado, pero muy feliz.

Hasta que él me llamó y me dijo. “Cariño date una buena ducha, y te vistes.”

Yo obedientemente, sin decir nada, tras ducharme con la manguera que usé para bañar al potro, me dirigí con mi ropa a mi casillero, me cambié y al ver el reloj, me di cuenta de que eran casi las diez de la noche.

Desde esa fecha y por buen tiempo, disfruté de las atenciones del caballerango, hasta que por mis estudios universitarios fui dejando la equitación.

Pero he conseguido en un sin número de ocasiones quien me vuelva a montar, aunque no con la misma fuerza que lo hacía él.