1. Como conocí a mi remordimiento (III)


    Fecha: 27/02/2025, Categorías: Infidelidad Autor: vivipaz, Fuente: CuentoRelatos

    ... mano para que sintiese como su erección iba creciendo bajo el pantalón. Recuerdo apretarle y suspirar. Me separé de sus labios y le ayudé a desabrochar el pantalón. Antes, miré alrededor. No había nadie. La oscuridad del parking jugaba a nuestro favor. Levantó un poco la cadera sobre el asiento y deslizó su pantalón y su ropa interior, dejando a la vista un pene erecto, no muy largo, pero sí grueso, maravilloso. Me giré un poco en mi asiento y lo agarré con mi mano.
    
    Lo sentí caliente, carnoso, palpitante... y deseé sentirlo en mi boca, probar su sabor, porque era el sabor de un pene distinto. Desde que nos casamos no había vuelto a tener esa sensación de descubrimiento, esa excitación por lo nuevo, y por supuesto hacía mucho que las erecciones de mi marido, que me lleva ocho años, habían dejado de ser aquellas erecciones firmes de cuando nos conocimos. Era algo normal y siempre lo acepté así, pero allí me encontraba yo, agarrando su polla, sintiéndola bajo mis dedos, recorriendo su esplendorosa firmeza de veinteañero. Agaché la cabeza y lo introduje en mi boca.
    
    Marcos me debió agarrar del pelo porque sin darme cuenta estaba acompañando mi cabeza, empujándola para que me lo tragase. Era especialmente grueso y me costaba mover la lengua dentro de la boca. Salivaba mucho y sentía como se empapaba un ligero vello púbico que seguramente se mantenía a base de algún tipo de depiladora. Dejé de chupar y le pedí que vigilase por si se acercaba alguien y que me avisase si se ...
    ... iba a correr. Marcos me pidió que no parase.
    
    Aumenté el ritmo y sentí como acompañaba el movimiento empujando con su cadera. Yo quería gemir, pero con la boca llena apenas se escapaba un leve sonido entrecortado por el movimiento. En ocasiones sentía sus huevos contra mi barbilla y notaba como sus caderas se agitaban más rápidamente. Me estaba follando la boca. Me llenaba. Me preguntaba cómo sería sentirle dentro de mí.
    
    Empecé a sentir en la boca el sabor de unos fluidos que ya empezaban a avisar de lo que estaba a punto de llegar. Marcos empezaba a respirar entrecortado y todo aquello me excitaba sobremanera. Comenzó a moverse más deprisa si cabe y me avisó de que no aguantaría mucho más. Levanté la cabeza y seguí masajeándole. Tenía la polla llena de saliva y mi mano se deslizaba como si se hubiese untado aceite. Acerqué mis labios a los suyos y le besé. Le susurré si quería correrse en mi boca y me dijo que llevaba tiempo sin masturbarse. Me calentó mucho esa confesión y me di cuenta de que no habíamos preparado nada. No tenía pañuelos de papel a mano así que me volví a acercar a su polla, le pedí que se corriese, la introduje levemente en mi boca y empecé a sentir como descargaba. La sentía bombear mientras se me llenaba la boca mezclada con mi propia saliva.
    
    Tragué como pude mientras seguía derramándose y su cuerpo se agitaba. Durante el tiempo que estuvo corriéndose tragué varias veces y aun así, cuando sentí que ya había concluido, tuve que girarme, abrir la ...