Como conocí a mi remordimiento (III)
Fecha: 27/02/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: vivipaz, Fuente: CuentoRelatos
... puerta y escupir lo que me quedaba dentro. Sentía en la boca el sabor y el olor de su semen. Hacía muchísimo tiempo que no sentía eso.
Marcos trató de disculparse al verme escupir, pensando que me había incomodado y me reí. Le respondí que no estaba acostumbrada a comer chocolate "con leche" pero que me había parecido muy rico. Volvimos a reír ambos.
Estaba a punto de echar mano al bolso para buscar pañuelos cuando sentí su mano situarse bajo mi falda, entre mis muslos. Le miré, aún con restos de semen bajo mi boca. Separé lo que pude las piernas y sentí como sus dedos trataban de introducirse en mis braguitas, apartándolas. Ahí si que no pude contenerme y suspiré tras lo cual dejé salir un pequeño gemido de placer, pero puse mi mano sobre la suya, deteniéndole, y le dije que no podíamos follar allí, que aparte de que podía aparecer alguien en cualquier momento, yo necesitaba estar más mojada. Ya no tenía su edad, y aunque en aquel momento me sentía muy caliente, tuve que decirle que si me penetraba así posiblemente no lo iba a sentir como algo placentero. Le dije que necesitaba algún tipo de lubricante íntimo, y en aquel momento y por un instante me volví a sentir la mujer que era, una que había pasado los cincuenta. Bajé la mirada y sentí como apartaba su mano de mi, pero solo para introducirse el dedo índice y corazón en la boca, chuparlos bien, y volver a acercarlos hasta mis muslos.
Aquello volvió a infundirme confianza y cuando sentí como los introducía ...
... poco a poco en mi sexo, me pegué al sillón y tuve que ponerme la mano en la boca para no gemir. Volví a abrir las piernas lo que el asiento del conductor me permitía y me deslicé un poco hacia abajo. Pensaba que así tendría más fácil el acceso a mí, y no me equivocaba puesto que sus dedos se hundieron un poco más. Tuve que volver a taparme la boca, pero empezaron a brotar pequeños gritos cuando sentí sus dedos moverse dentro de mi. Aunque al principio había sentido un poco la falta de lubricación natural, lo cierto es que cuando empezó a juguetear con ellos dentro de mi me fui sintiendo más mojada, más cómoda, y más segura de que aquellos dedos iban a hacer que me corriese.
Empezó a moverlos también de adelante hacia atrás, al principio muy despacio y poco a poco ganando velocidad e intensidad. Yo ya no ocultaba mi placer y jadeaba y gemía apenas tapándome con el antebrazo. Trataba de poner en práctica un ejercicio que hacía tiempo que ponía en práctica para buscar no perder fortaleza ni tensión en el interior de la vagina, pero me veía incapaz de contraer a voluntad ningún músculo. El cuerpo tan solo me pedía tratar de mover la cintura para facilitar las acometidas de sus dedos. Me agarré los pechos y los estrujé mientras sentía las sacudidas de su mano rozando el interior de mis muslos y chocando contra mis labios. Marcos de vez en cuando sacaba los dedos y se los metía en la boca, cosa que me excitaba muchísimo. En esos momentos yo soltaba mis pechos y me apartaba las ...