¿Por qué a mí? Capítulo 47
Fecha: 02/03/2025,
Categorías:
Gays
Autor: Jesus tsukishiro, Fuente: TodoRelatos
... bien con sus palabras.
– Entiendo doctora, pues de ser así, mi respuesta es no, no quiero más cirugías y sólo quiero tratar de recuperar mi vida perdida; no tengo pareja, dudo tenerla, dudo volver a tener sexo, dudo mucho que si llegará a encontrar a alguien me vaya a querer por como soy y pueda ser lo suficientemente maduro como para llevar una relación de pareja sin ningún tipo de contacto sexual, lo dudo mucho, la comunidad LGBT no cambia, todo tiene que tener sexo para poder conocer a alguien más allá, así que, pues creo eso sería todo, ¿me va a dar receta o algo?, ¿debo seguir usando pañal? – Mis ojos se me llenaban de lágrimas que no permitía que se me salieran, me mantenía firme, no quería llorar más, mi pasado no lo merece más.
– Es respetable tu decisión Job, cualquier molestia o sensación mi número está aquí en la receta y con gusto te atenderé, deseo de corazón que todo vaya bien siempre para ti. – Ella me brindaba un gesto amable.
Yo resistía mucho mis ganas de llorar, tragaba saliva y miraba a mis papás que me exponían un rostro de angustia.
La doctora me redactaba unas instrucciones, me miraba entre momentos, mis padres estaban preocupados por mí, pero yo me sentía bien, estaba recibiendo el castigo que Dios me estaba enviando por haber resultado ser homosexual, por haber usado mi orificio anal para ratos de placer sexual, de consuelo de hombres desesperados por sexo, en lugar de usarlo para lo que fue creado, para defecar; estaba teniendo mi ...
... castigo, por eso regresé a la vida, por qué todavía me hacía falta pagar más de lo que hice; de haberme metido con casados, adultos, heterosexuales curiosos, de no haber sido responsable, estoy teniendo lo que de verdad merezco el castigo por ser yo pecador, ¡gracias Dios por nuevamente demostrar que tú existes para castigar a todos de manera injusta y no como debería ser, parejo sin excepciones!
La doctora me recalcaba el desearme lo mejor, dejándome abierta la cita para cualquier molestia o cambio, me despedía y salíamos de su consultorio, para luego pagar en recepción e irnos a casa; yo iba en modo de meditación, sabía que esto me lo merecía; mis amigos estaban preguntando cómo había salido y Aníbal también, no quería agobiar a nadie, sólo les escribía el mismo mensaje a todos,“estoy bien, ya dado de alta, sólo cuidar mi alimentación y seguir con mi medicamento puntual, puedo tener mi vida normal, vivirla sobre el pasado, haciendo que todo se vaya despacio y sin sujetarme más del pasado”; Les enviaba ese mensaje y suspiraba, mirando las nubes cubrir el cielo de la ciudad, pues estaba por aproximarse una tormenta; bajaba mi mirada, dejaba caer unas lágrimas, suspiraba, tragaba saliva y me contenía, contenía esa gran tormenta de sentimientos y emociones revueltas, no quería ser débil, ya no más, sin saber que el aguantarme me haría más daño de lo que ya viví.
Aníbal muy amable me escribía. – Hola Job, sólo preguntar ¿sí podrás acompañarme al rato? – Colocaba un Emoticón de ...