¿Por qué a mí? Capítulo 47 - Relatos Eróticos

¿Por qué a mí? Capítulo 47

... pregunta.

– Sí, sólo dime bien a qué hora. – Suspiraba.

En el chat de Aníbal me aparecía escribiendo y después se detuvo, segundos después sonaba mi celular, era él.

– Hola Aníbal. – Mi voz me delataba mi bajón de ánimo.

– Hola Job, ¿estás bien? – Aníbal dudaba preguntando.

– Sí, en verdad, estoy bien. – Respondía tratando de animarme, pero mi papá por el retrovisor me miraba y mi mamá volteaba a verme.

Ellos sabían que mentía, sin embargo no me decían nada, no querían problemas ni caos conmigo, saben bien que estoy muy decepcionado de la vida, de todo, mis ganas de seguir viviendo se están esfumando.

– ¿Seguro que estás bien? – Él volvía a preguntar.

– Te escucho desanimado, ¿sucede algo? – Insistía.

– Sí estoy bien Aníbal, no pasa nada, en verdad estoy muy bien. – Afinaba mi garganta carraspeando un poco.

– No te conozco muy bien, sin embargo siento que no me estás siendo honesto, ¿de verdad cómo te sientes? – Él muy cauteloso hablaba.

– Me agradas mucho Aníbal, en poco tiempo te has ganado mucho aprecio de mi parte, sí, estoy bien, sólo que me siento cansado, eso de ir al médico a que te revisen, mediquen y cosas así me desesperan, ya estoy chocado de esto, no me gusta en lo absoluto. – Hablaba con toda sinceridad, bueno, con una parte de sinceridad.

Mis padres se miraban entre sí, se reflejaba su preocupación hacía a mí, están tratando de ser empáticos conmigo, por primera vez en mucho tiempo mis padres estaban comprendiendo mi pesar y ...

... sufrir, en el trayecto a casa, el único sonido que se oía era mi voz con la de Aníbal en el móvil.

– Entiendo ese punto de estar yendo al médico, necesitas unos días de desconexión, espero poder ayudarte con eso si me lo permites claro. – Aníbal siendo muy dulce conmigo.

– Gracias, en verdad, yo creo que si me vas a ayudar. – Le decía con una sonrisa viendo atreves del cristal del coche.

Comenzaba a llover y comenzaba a sentirme nostálgico.

– ¿En serio podré ayudar?, ¿Cómo? – Aníbal curioso preguntó.

– Pues al rato cuando nos veamos, harás que me sienta bien, me ayudarás a despejarme de la mente un rato. – Le decía elevando mi voz más animado.

– ¿Seguro?, quiere decir que sí vas a ir conmigo. – Aníbal se ponía nervioso.

– Claro que sí, en serio. – Afirmaba escuchando lo emocionado que él se ponía.

– Me parece bien, entonces en un rato te veré, espero no decepcionarte. – Él nervioso y contento.

– No, no lo harás, te veré en un rato. – Me sonreía hablando.

– De ser así te dejo, me apresuraré a alistarme, no olvides reenviar tu dirección, no quiero que se me pierda la forma de llegar a tu casa. – Aníbal alegre me recordaba eso.

– No, ahorita que llegue a casa te envió la dirección. – Hablaba auto-motivándome.

– Nos veremos en unos momentos, un abrazo. – Aníbal se despedía.

– Bien, nos vemos en un rato. – Le decía con sonrisa.

Él finalizaba la llamada y me sonreía unos momentos.

– ¿Vas a salir hijo? – Mi mamá preguntaba curiosa.

– ...