Un combate y una fiesta (I) - Relatos Eróticos

Un combate y una fiesta (I)

... director.”

El director Goldach se removió incómodo en su sillón. “No veo necesidad de todo eso.

¿Cuál sería la solución que usted propone?”

“La justa. Una oportunidad. Que una de nuestras atletas pueda enfrentarse al campeón, para que cuando éste vaya al campeonato estatal sea el mejor de toda la comarca, habiendo superado a todos los luchadores, masculinos o femeninos, de la misma”

“Tendré que hablarlo con el equipo técnico de lucha, a ver cual es su parecer”.

“Esperaré” contestó Elizabet. “Esperaré la respuesta una semana. Luego actuaré en consecuencia”.

El director movió la cabeza, esta vez asintiendo.

Capítulo 2

A la reunión habían sido convocados tanto Pauler, entrenador del equipo masculino de lucha de Sto Tomás, como Karen la entrenadora de las chicas de Sta Gracia.

Pauler era un tipo fornido y rocoso, de unos 45 años, con el pelo cortado al uno, y cuya cara enrojecía por momentos durante la conversación. Karen era rubia de media melena recogida, tenía 38 años, un rostro agraciado que hubiera resultado dulce de no tener aquel toque enérgico, y unas formas redondeadas modeladas por el ejercicio.

“No hay necesidad de que esa chica sea golpeada, solo por satisfacer un ego estúpido. Podría resultar muy dañada, estas frivolidades luego acaban mal. ¿Y quién se hará responsable de ello?” comentaba indignado el entrenador Pauler en la reunión a la que también asistían directores de los dos colegios.

“Desprecia usted con mucha soltura el ...

... trabajo de otros preparadores. Mis chicas tienen un entrenamiento sólido y una capacidad técnica de la que usted no tiene ni idea.” Karen estaba molesta, ofendida y conteniéndose.

“Seguro que sí. Para pelear entre ellas. Aquí pueden hacerse algo más que romperse una uña” respondió Pauler.

“Señor, puede atragantarse con tanta soberbia. En todo caso, guárdesela hasta después del combate” cortó seca y tajante Karen.

“Señora van a enfrentarse a una fuerza de la naturaleza, noventa kilos de pura potencia. Están avisadas.”

Pero la cuestión ya no parecía discutible. El director del colegio Sto Tomás, probablemente para evitarse polémicas y quién sabe si un cuestionamiento de su cargo, había accedido a la celebración del evento.

El entrenador, sabedor de que sus quejas no encontrarían eco, giró sobre sus talones y se dispuso a salir del despacho.

“Si eso es lo que quieren, lo tendrán. Pero no voy a decirle a mi campeón que se muestre cortés o considerado. En el ring no hay más consideración que un rival a destruir, y uno debe usar todos los medios” dijo como despedida. Y cerró la puerta tras de sí.

Capítulo 3

Todo se acabó saliendo un poco de madre. Según se supo la noticia y ésta corrió como la pólvora, la expectación en la comarca fue creciendo de forma inusitada.

Los periódicos locales y comarcales se hicieron eco, algunos especialmente sensibles como el “Mujer actual” que siempre estaba muy atento a estos temas. Todo era una novedad insólita, casi una especie ...