Un combate y una fiesta (I) - Relatos Eróticos

Un combate y una fiesta (I)

... golpes y evitaba ponerse a tiro.

Los chicos de Sto Tomás empezaron a lanzar risotadas y a gritarle a la chica:

“¡Esto es un combate, no una carrera!”

“¡Cua, cua, cuaaaaa…!” imitaban el cloquear de las gallinas.

En la grada de Sta Gracia las chicas lanzaban algún grito de ánimo a Susy, pero sus rostros revelaban la preocupación porque aquellos primeros golpes impactaran en su favorita.

Por fin Susy empezó a defenderse de alguna forma. Tras una esquiva desplazándose a la derecha, lanzó su pierna izquierda contra el torso de Marcus, y luego la izquierda contra su muslo.

Fue como una acción liberadora para las chicas de Sta Gracia, que corearon aquello como si fuera una victoria y redoblaron sus gritos de ánimo.

Pero eso no hizo sino aumentar la presión de Marcus. Dos puñetazos suyos fueron bloqueados por los brazos de Susy, que ya estaban rojos, pero un tercero impactó brutalmente en el cuello de la chica y la precipitó contra las cuerdas.

El grito de la hinchada de Sto Tomás fue unánime: “¡¡Siiiiiiiiiiiiii…!!”

Marcus vio el momento y lanzó un puñetazo salvaje hacia la cara de la chica. Ésta había reaccionado a tiempo y agachándose de forma fulgurante, se desplazó hacia el lateral para salir del radio de acción del campeón. Fallado el puñetazo, Marcus se revolvió hacia ella y entonces Susy aprovechó esa décima de segundo para lanzar su pierna en un ángulo de flexibilidad asombroso y golpear la cara del campeón.

Fue una sorpresa para todos. Y la ...

... constatación de una evidencia: las rotundas piernas de aquella chica tenían una formidable potencia.

Marcus aumentó su enfado y buscó colocar sus puños. Su enfado no era tanto por el golpe recibido, que también, sino por la imposibilidad de impactar en la chica. No había forma de colocarla en distancia y asestarle un golpe demoledor. Se movía continuamente y con una agilidad que desesperaba.

Aún así Marcus había colocado varios puñetazos y un par de patadas sobre los brazos de Susy, cuya guardia se movía arriba y abajo para bloquear los golpes. Los brazos se le habían enrojecido, pero no parecían estar dañados.

Pero algo había quedado claro ya. Que los dos pegaban. Ya no era un monólogo. La pierna derecha de Susy impactó sobre el muslo izquierdo de Marcus un par de veces más, y en una de las esquivas lanzó una vertiginosa patada lateral que golpeó duramente el mentón de Marcus.

El primer asalto acababa, y contra el pronóstico general habría un segundo asalto. El arreón final de Marcus buscó acorralar a Susy contra la esquina. Tras el impulsó de una patada fallida, Marcus bajó la cabeza un instante. Lo suficiente. Susy lanzó su puño derecho en un volado descendente que impactó de lleno en el ojo izquierdo de Marcus.

Era la primera vez que Susy lanzaba un puñetazo. No eran ya solo sus piernas.

Marcus retrocedió un paso. Pero… ¿cómo había encajado aquel golpe? Fue a pasar al ataque, pero en ese momento sonó la campana.

Susy, en una euforia desatada, se volvió ...