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Extraño matrimonio
Fecha: 07/03/2025, Categorías: Sexo en Grupo Autor: JESUS, Fuente: TodoRelatos
... montado con intenciones que desconozco, pero sin duda solo son de su interés y sin contar con su mujer. Pero de lo qué si estoy seguro, es de que yo no voy a participar a su manera. Si quiere que me la follé, lo haré a la mía o no lo haré – dije de corrido. - Perdone pero es que ciertas prácticas van contra natura y no están admitidas en la gente creyente como nosotros – dijo a modo de disculpa. - Pues ustedes deciden. O se hace a mi manera o me largo – dije sin entrar en la gilipollez que acababa de decir. - Esta bien, proceda. Pero le ruego que no someta a mi mujer a vejaciones que la puedan hacer sentirse sucia. Sin contestarle volví a abrazar a la mujer, esta vez besándola en los labios y cuando se los presioné con la lengua no solo me dejó entrar, sino que respondió al beso con la suya. Esto me demostró que lo que la mujer deseaba estaba muy lejos de lo que decía el marido. Seguramente cansada de estar sometida a sus deseos. De nuevo presioné sus hombros y empezó de nuevo a deslizarse hacia abajo. Al llegar a la altura adecuada la dije que me desabrochara el pantalón, me bajara la cremallera y me la sacara. Una vez que la tenía en la mano acerqué su cara y ella solita se la metió en la boca. Eché la cadera hacia delante y me retiré. Repetí varias veces la operación. Se fue animando y empezó a utilizar la lengua. Seguí metiéndosela cada vez más lentamente hasta que estuve a punto para correrme. Me hubiera encantado correrme directamente en su boca. ...
... Sin embargo, estaba dispuesto a dar una lección al marido y humillarle. Retiré la polla de su boca y apunté directamente a su cara. Quería que el hombre que seguramente nunca su había preocupado por el placer de su mujer, por la razón que fuera, viera como mi semen se deslizaba por su cara y cuando ya no hubiera dudas de que me estaba corriendo volvería a metérsela en la boca para finalizar y observar la reacción de la mujer. Los sudores del marido eran evidentes. Fue a decir algo, pero al ver a su esposa afanada comiéndome la polla y el brillo de sus ojos, tan solo reaccionó sacándose la suya para masturbarse con brío. Seguramente no era capaz de discernir cual de sus dos sentimientos podía más. La indignación o la excitación. Decidí hacerles un favor a ambos por si eran capaces de romper sus tabús en el futuro. Me puse de rodillas en el suelo junto a la mujer y la dije que se colocara como los perritos. Al marido le dije que se acercara y lo hizo andando como los patos, con los pantalones en los tobillos. Le tuve que decir que se pusiera delante de la cara de su mujer porque le iba a chupar la polla. Ambos obedecieron mi orden y en cuanto tuvo la polla en la boca, la metí el pulgar el sexo y el índice en el culo haciendo la pinza. En cuanto empecé a frotarla la propia excitación hizo que empezara a follarse la boca con la polla de su marido. Y este no tardo en correrse coincidiendo con el orgasmo de su mujer. Decidí hacer a la mujer un último regalo y una ...