1. Me avergoncé de estar avergonzado….


    Fecha: 11/03/2025, Categorías: Dominación / BDSM, Gays Autor: Martehijodejupiter, Fuente: SexoSinTabues30

    ... acercar mi cuerpo al centro de sus nalgas.
    
    Las que al igual que todo su cuerpo, se encontraba sin un solo vello, su colorado y oscuro esfínter, que contrastaba con lo pálido de sus nalgas, parecía palpitar frente a mis ojos, a medida que mi glande comenzó a rosarlo, poco a poco.
    
    Con calma comencé a presionar mi cuerpo contra el del, y a medida que lo hacía, veía ante mis ojos, como mi verga iba siendo tragada sin dificultad ninguna por el hueco de su culo.
    
    No escuché un solo quejido o acto que reflejase incomodidad, mal estar o dolor alguno, todo lo contrario, casi desde el inició movía sus nalgas sabrosamente, y definitivamente sus gemidos eran de placer.
    
    Yo sé de sobra, que mi miembro no es nada del otro mundo, digamos que está dentro de lo que se puede considerar promedio, pero las palabras que el supervisor de la línea de ensamblaje me fue diciendo a medida que se lo continué metiendo, me hicieron sentir o pensar que el de un caballo se quedaba chiquito al lado mío.
    
    Al enterrárselo por completo, cambió su manera de mover las nalgas, en lugar de moverlas de lado a lado, comenzó a mover sus caderas de atrás hacia adelante y viceversa.
    
    Pero al mismo tiempo apretaba y soltaba el esfínter de sus nalgas, produciendo en mí un mayor placer, sus gemidos y palabras, me excitaban y calentaban más aun, la verdad es que estaba tan y tan envuelto en darle por el culo a él que, de haber llegado alguna persona, ni cuenta me hubiera dado.
    
    Después de un largo rato, en ...
    ... los que ocasionalmente me jalaba los testículos, para evitar que yo me viniera rápido, nuevamente sin pronunciar palabra alguna, como dicen por mutuo acuerdo y consentimiento, cambiamos de posición.
    
    El supervisor, se quedó con las espaldas pegadas al piso, levantó y separo sus piernas, ofreciéndome nuevamente su sabroso hueco.
    
    Yo lo tomé por los tobillos y nuevamente dirigí mi verga contra su culo, el que al comenzar a penetrarlo sentí un placer tremendo.
    
    Quizás por lo envuelto que me encontraba en esos momentos, de manera accidental toqué su miembro, y casi sin darme cuenta lo agarré entre mis dedos y quizás por la misma excitación, sin darme realmente cuenta, comencé a masturbarlo, cuando lo escuché decirme. “Deja eso, que luego yo mismo me la hago.”
    
    Por lo que en parte sorprendido por lo que yo mismo, estaba haciendo, inmediatamente me detuve.
    
    Para dedicarme únicamente a clavar mi verga con mayor fuerza, entre sus nalgas, mientras observaba en su rostro el placer que yo le proporcionaba.
    
    Entre sus gemidos y mis bufidos, llegué al punto donde ya no pude más y disfruté sabrosamente, llenando su culo por dentro al descargar toda mi leche dentro de él.
    
    Por su parte, en esos instantes, como que se movió con mayor fuerza y sabor, meneaba sus nalgas como nunca antes lo había visto.
    
    El placer que sentí fue algo indescriptible, lo que pueda decir se queda corto ante lo que disfruté en esos segundos.
    
    Cuando ambos finalmente dejamos de movernos, mientras el ...